El Kurru la última morada de los Faraones Negros

Seguimos de ruta por Sudan para visitar El Kurru, la que fue última morada de los faraones negros de la 25 dinastía.

El Kurru

Como os conté en anteriores post, los reyes y reinas kushitas tomaron prestado de los egipcios, muchas costumbres y prácticas para realizar su viaje al más allá. Construyeron pirámides, como las de Nuri y Meroe, parece ser que también momificaron a sus muertos y construyeron aquí en El Kurru su propio Valle de los Reyes emulando a los egipcios. El Kurru está situado a 13 Kilómetros de la montaña más sagrada para los Kushitas, Jebel Barkal.

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Los arqueólogos continúan excavando este yacimiento que quedó medio sepultado por el tiempo. Desafortunadamente a diferencia de las pelis de Indiana Jones, en las tumbas no había trampas con dagas voladoras, puertas giratorias o rocas rodantes para disuadir a los ladrones que quisieran hacerse con el botín, sino que todo era más simple.

Para ocultar los enterramientos, construyeron túneles y puertas falsas o bien cubrían los accesos con rocas y arena, así que los ladrones de tumbas pudieron hacer de las suyas y se llevaron muchos de los tesoros. Pero solo robaron lo que tenía valor económico, es decir piezas de oro, dejando el resto de los objetos que pertenecieron al ajuar funerario de los faraones negros, así que los arqueólogos aún continúan encontrando objetos interesantes.

Hay algo que sí diferenciaba la necrópolis de El Kurru de la de los egipcios y es que en vez de en un sarcófago, eran enterrados en camas. Cuando vayáis fijaros en los agujeros que se hicieron en la piedra para meter las patas de las camas.

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Todos los reyes nubios fueron enterrados en esta necrópolis de El Kurru, excepto uno, Taharqa, que como os conté en otra entrada del blog fue enterrado bajo una de las pirámides del cementerio de Nuri.

El primer rey que quiso ser enterrado aquí fue Piankhy, también conocido como Piye. Aquí no veréis ninguna pirámide, el tiempo y la erosión camparon a sus anchas por lo que terminaron desmoronándose. Ahora no quedan nada más que pequeños túmulos que indican dónde se encuentran las tumbas de 9 reyes y 14 reinas kushitas.

De todas ellas solo es posible visitar dos, la del Rey Tanutamani sobrino y sucesor de Taharca y la tumba de su madre la reina Qalhata. Ambas tumbas están perfectamente conservadas

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La que aún mantiene su apariencia de pirámide es la KV1 perteneciente a un rey desconocido. A diferencia de las tumbas egipcias, las pirámides kushitas no estaban conectadas con las tumbas y otra cosa curiosa es que, además de los reyes y reinas también se encontraron enterrados caballos y perros.

Descendemos por las escaleras de piedra y nos internamos hasta la oscuridad de la tumba, alumbramos con la luz de la linterna y de repente se hizo la magia. Ya os he contado en otras ocasiones, la afición que tenían los egipcios por la astronomía y esta, fue otra de las cosas a la que también se aficionaron los kushitas. Creían que cuando fallecía un rey, su alma subía hasta el cielo y se convertía en una estrella. Así que era como si estuviéramos en una tumba egipcia, ya que todo el techo estaba decorado con estrellas.

Las paredes de las tumbas del kurru se conservan en bastante buen estado. Se pueden ver jeroglíficos a todo color que relatan pasajes del Libro de los Muertos así como las representaciones de los reyes y dioses egipcios.

El Kurru fue incluido en el año 2003 en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

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Si no has organizado una excursión para llegar hasta aquí y vas a ir por tu cuenta, una vez estés en Karima puedes llegar a El Kurru tanto en tuk-tuk como en taxi. Lo mejor, es que negocies con el conductor para que te lleve todo el día a visitar varios lugares de interés que hay en la zona. Las tumbas están cerradas, por lo que tendrás que hablar con el primer paisano que te encuentres, para que busque al guardián de las tumbas y te las abra.

El Bosque Petrificado

El paisaje que rodea el Kurru es desértico, si encuentras un matorral es de pura casualidad, pero no siempre fue así. A poca distancia de la necrópolis hay un lugar increíble, un testimonio de que éste lugar hace miles de años era muy diferente. En el suelo, como si hubieran sido talados y cortados por la mano del hombre, podéis ver un antiguo bosque de coníferas petrificado.

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Os preguntaréis cómo es posible que se encuentren en un estado de conservación tan bueno, ya que se aprecia perfectamente tanto las rugosidades de la corteza del tronco, como los anillos que nos muestran la edad de los árboles.

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Nos contaron, que una erupción volcánica, provocó que los arboles fueran arrastrados y cubiertos por la ardiente arena. La lava tenía tal concentración de sílice, como el de las bolsitas que vienen en muchos objetos y bolsos para protegerlos de la humedad, que evitó la putrefacción de los árboles, quedando los troncos momificados tal como podemos contemplarlos ahora.

Vale la pena que os acerquéis hasta este bosque petrificado. Veréis desperdigados por el suelo decenas de troncos, testimonio de que ese lugar en algún momento de la historia fue un increíble bosque.

Old Dongola

No muy lejos de Karima se puede visitar otro interesante enclave arqueológico llamado Old Dongola. Ojo que no hay que confundirlo con Dongola, que es una ciudad que se encuentra a 80 km (a unas dos horas) de ésta. En Dongola hay hoteles por lo que podéis alojaros allí.

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En el S. V se iniciaría la construcción del primer edificio en Old Dogola, una fortaleza, pero con el paso del tiempo a su alrededor crecería una ciudad.

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Old Dongola se encuentra en la orilla este del Nilo, una ubicación fértil, perfecta para el cultivo que facilitó el asentamiento de sus primeros habitantes. Lo curioso es que sus habitantes fueron cristianos coptos, llegarían aquí entre los siglos VII al XIV . Estos construyeron varias iglesias y monasterios que podéis ver semienterrados en la arena. La ciudad terminaría convirtiéndose en la capital del reino cristiano de Makuria. Una prospera ciudad, cuya economía se beneficiaba también por ser parada de las caravanas cargadas de oro y marfil. 

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El declive de la ciudad comenzó cuando subió al poder un rey musulmán, Abdallah Bershambu unido a que las rutas de caravanas dejaron de pasar por Old Dongola. Progresivamente sus habitantes fueron abandonándola y las arenas del desierto se apoderaron de ella. Ahora gran parte de la ciudad se encuentra enterrada a unos 20 centímetros debajo del suelo.

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El edificio que está mejor conservado en Old Dongola es el Palacio Real. Está situado en una colina frente al Nilo, es del S VII y cuenta con dos plantas e inmensos muros. Es un poco peligroso visitarlo porque el riesgo de derrumbe es alto, así que ¡cuidado¡. Sus ruinas también nos desvelan cosas curiosas.

Veréis que hay una cisterna de agua, de la que salen unas chimeneas. Su función era enfriar el aire. Un sistema muy similar al de las torres de viento que utilizaban los persas en la construcción de sus casas. Como os conté en el post de Kashan, son una de las primeras muestras de nuestro moderno aire acondicionado. Alrededor del palacio se encuentran los restos de la ciudad cubierta por la fina arena del desierto.

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Caminando entre las ruinas se puede adivinar la planta cruciforme de una antigua iglesia. Aun quedan en los pequeños trozos encalados de la pared, un recuerdo de los frescos que representan la Trinidad. También se puede ver unas columnas de granito de color rosa que se mantienen erguidas sobre la arena. Son los restos de una gran iglesia que fue la sede de los obispos de Dongola y que más tarde, con la llegada del islam, se convertiría en una mezquita. 

Qubba el cementerio islámico

Uno de los lugares que os recomiendo conocer y que no os podéis perder en esta parte de Sudan, es el cementerio islámico Qubba. Este se encuentra en la entrada de la ciudad de Old Dongola.

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El término árabe Qubba se refiere a un mausoleo o una estructura con cúpula. Las construcciones no pueden ser más originales, nunca habíamos visto nada igual. Unas gigantescas colmenas de piedra que emergen del suelo.

Alrededor de estas estructuras se encontraban varias tumbas. Se sabe que lo son, porque están rodeadas de guijarros blancos y piedras negras.

Este cementerio islámico de Qubba se construyó en el siglo XVII. Las gigantes colmenas sirvieron para albergar las tumbas de los morabitos o lo que es lo mismo, santos musulmanes.

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Entramos en una de ellas, la curiosidad nos mataba por ver cómo eran por dentro. En su interior se pueden ver las tumbas de los santones musulmanes, pero había una peste que nos echó para atrás. Los murciélagos se habían atrincherado en su interior y las toneladas de guano acumuladas desprendían un hedor digno de una mofeta.

Nuestra siguiente parada sería para conocer uno de los templos más impresionantes de Sudán, el templo de Soleb, pero esa es otra historia.

Feliz fin de semana😊

11 comentarios en «El Kurru la última morada de los Faraones Negros»

  1. Mejor distracción no se puede encontrar, en estos días de ocio obligado, sino leyendo tu aventura en los Kurros. Es alucinante conocer la historia de los faraones negros en Sudán. Lo más interesante radica que narras la historia de una manera simple pero con cocimiento certero de lo que dices. Y con las fotos, tan bien logradas, uno se siente que ha caminado contigo por ese desierto en busca de la historia. Espero que tu descanso sea reparador y que estés a buen resguardo. Un gran abrazo y gracias por esta excelente lectura. Manuel

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    • Así es Manuel hay que viajar con los recuerdos y la imaginación a lugares lejanos, para evadirnos un poco de tanto horror que nos rodea. Un abrazo muy fuerte y disfruta del fin de semana aunque sea en casa

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  2. Que envidia me da ver esos sitios tan mágicos fuera de cualquier ruta turística y lo del bosque petrificado es alucinante. Ojalá podamos visitar pronto Sudán y ver en primera persona estas maravillas. Un beso y buen finde. Quedemonos en casa y disfrutemos del hogar.

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    • Lo del bosque fue muy sorprendente porque ni te imaginas la cantidad de troncos que podía haber, muchos en perfecto estado congelados en el tiempo como nos estamos quedando nosotros. Estemos en casa soñando que algún día podremos escaparPasa buen finde Un besote

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  3. ¡Que bonito!
    Además de ser un viaje lejano y diferente, precioso, me ha transportado a lugares fuera de nuestro come tarros diario, lo cual ya es todo un lujo.
    Me encantaron los árboles petrificados, un bellezón.
    El Nilo, siempre hermoso, y rodeado de antiguas ruinas que parece increíble que aún estén allí presentes para dar cuenta del pasado.
    Impresionante el cementerio de Qubba.
    Una maravilla atravesar fronteras y volar libre, aunque solo sea por un ratito, a pesar del aire caliente que se adivina.
    ¡Feliz domingo, intra muros, pero que sea feliz !!!

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    • Muchas gracias Luisa. La mejor manera de desconectar es viajar con el pensamiento y recordar aquellos lugares. Esta zona de Sudan tiene un montón de lugares diferentes. El tamaño de las cúpulas del cementerio musulmán de Qubba era impresionante y el bosque petrificado en medio del desierto increíble, ahgg que recuerdos, que ganas de salir a dar un paseo por la calle, se me va a olvidar hasta andar jajaja. Un besote y animo con el encierro¡¡¡

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      • Ciertamente, viajar con la mente e imaginarte en escenarios diferentes y al aire libre, especialmente, te evaden y eso es muy bueno para el coco.
        Gracias por tener el ánimo de escribir.
        Y, si, se nos va a olvidar andar, ya ni te digo correr, jaja.
        Besos mil, mucha fuerza y Vamos a Poder con Ello. 🙂 🙂

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  4. Precioso todo… Pero por los ojos, porque el mausoleo no entraba muy bien por la nariz, no? Jeje. Me ha dejao loco lo del bosque petrificado, porque si es zona de momias, momias serán hasta los árboles. Bravo! Me ha gustado! Un abrazo, y a seguir cuidándose!

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    • Así es, allí quedaron hasta los árboles momificados. Es increíble a verdad que allí hubiera un bosque. Como puede cambiar todo. En fin Un abrazo y cuidate, espero que no nos quedemos nosotros también momificados. Cuídate mucho

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    • Jeje las momias estaban cerca del bosque desde luego allí se quedó congelado en el tiempo y no por el frío precisamente la verdad es que la zona es muy chula y una gran desconocida Un abrazo y buen finde☺

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