Desierto de Bayuda: Un cráter, una batalla y un pozo

Continuamos viajando por Sudán. Durante esta etapa atravesamos un lugar curioso, el desierto de Bayuda.  No te lo imagines como el típico desierto de arena, porque no lo es, este es un desierto volcánico, un lugar diferente.

El desierto de Bayuda tiene en común con otros desiertos que no es un lugar fácil para la vida, sin embargo, desde tiempos inmemoriales estas tierras han sido habitadas por los Bisharin que como os contaré más adelante, han hecho del desierto su medio de vida.

En el desierto de Bayuda hay tres lugares interesantes. El antiguo cráter de Atrun situado en el centro del desierto, dónde un par de familias bisharin se dedicaban al duro trabajo de la extracción de la sal.

Otro lugare interesante del desierto de Bayuda es un memorial que recuerda una cruenta batalla que se libró en la época victoriana y el tercer lugar, el que más me gustó, es un pozo de agua que se encuentra en mitad del desierto. Allí acuden los pastores nómadas para sacar agua de las entrañas de la tierra con unos medios de lo más rudimentarios para dar de beber a sus animales.

Os cuento nuestro recorrido por el desierto de Bayuda en Sudan.  

¡Comenzamos!

El Desierto de Bayuda

Entre la cuarta y sexta catarata del Nilo se encuentra el desierto de Bayuda, unos 300 kilómetros cuadrados que realmente son una extensión del desierto del Sahara.

Durante el periodo Meorítico aquí existía una ruta que atravesaba el desierto de Bayuda. Un camino que unía las ciudades de Napata con Meroe. Nosotros seguimos las huellas de esa antigua ruta. Esa mañana iniciamos nuestro viaje desde las Pirámides de Nuri y atravesamos el desierto para llegar hasta otras pirámides, las de Meroe.

En Sudan del Norte solo se salva de la desertización los márgenes del Nilo. Una inmensa franja verde que atraviesa el país. El resto de su territorio está invadido por el desierto. Sin embargo, no siempre fue así y hace millones de años el paisaje debió ser muy diferente, acordaos de lo que os conté de Sabu Jaddi.

En el desierto de Bayuda hay un campo volcánico, por lo que una gran parte está sembrado de cráteres y conos volcánicos que en algún momento de la historia entraron en erupción haciendo saltar todo por los aires.

Estos fueron los culpables de formar el curioso paisaje que teníamos ante nuestros ojos. Montañas negras talladas por la ceniza volcánica y antiguos cráteres.

A diferencia del Sahara, en el desierto de Bayuda la vida todavía se agarra con los dientes resistiéndose a desaparecer. Las acacias y matorrales salían entre las piedras de los antiguos cauces secos de los ríos, dando un poco de color al paisaje y quizás también un poco de esperanza puesto que aquí la arena aún no se lo ha tragado todo.

Nuestra vista se perdió en el horizonte hasta que nos topamos con unas escarpadas montañas basálticas. Nos acercábamos al campo volcánico del desierto de Bayuda.

El Cráter de Atrun

Hace tiempo que el asfalto llegó al desierto de Bayuda por lo que atravesarlo era sencillo, pero para llegar al cráter de Atrun hay que desviarse de la carretera principal y lanzarse a las pistas de tierra.

El cráter de Atrun se llama realmente «El Muweilih» y su interés radica en que es el único lugar de este campo volcánico cuyo interior acoge un pequeño lago salino. Pero lo curioso es que el Cráter de Atrun está habitado por unos valientes.

Nos bajamos del coche y fuimos caminando hacia el volcán. Los colores cambiaban según nos íbamos aproximando y algunos tímidos árboles, auténticos supervivientes de este clima infernal, flanqueaban el acceso entre gigantescas piedras que había expulsado el volcán.

Cuando entramos al cráter de Atrun, la sensación fue la misma que si estuviéramos entrando en un anfiteatro romano, ya que las antiguas paredes del volcán son como una muralla que protegen al cráter del mundo exterior, fue como penetrar en un recinto amurallado. En ese momento debíamos estar a unos 50 grados. ¡Madre mía! pensamos, ¿Cómo será esto durante los meses de verano? ¿Cómo podrán soportarlo?

Si ningún desierto es amigo de los seres vivos, aquí entre el implacable sol, las tormentas de arena y las largas sequías, la verdad es que no resultaba un lugar nada atractivo para ganarse la vida. Sin embargo, este es el pensamiento de una floja occidental, porque allí vive una familia, perteneciente a la etnia de los Bisharin que se dedica a la extracción de sal en la orilla del cráter. Una vez seca, la cargan en alguno de sus burritos y la van vendiendo por los mercados de la zona.

Miré al cabeza de familia y a sus hijas. Pensé vaya hijas jóvenes que tienen esta pareja, si ellos son super mayores. Aunque verdaderamente no lo eran. La sal, el sol y el viento habían envejecido y ennegrecido la piel del cabeza de familia que aparentaba 20 años más de los que realmente tenía.

Apenas nos podíamos comunicar con ellos, pero nos entendimos a base de señales y nos enseñaron su rudimentario procedimiento de extracción de la sal del cráter de Atrún.

Después de dar una vuelta por el cráter y tras abrasarnos bajo ese sol implacable regresamos al 4×4.

Monumento a la batalla de Abu Klea

Hay otro lugar curioso aquí en el desierto de Bayuda, un monumento olvidado, que es un recuerdo de una batalla muy famosa que trajo consecuencias nefastas para África, la batalla de Abu Klea, la que se supone ha sido la batalla más dura en la historia para el ejército británico.

En estos 136 años que han pasado, aquí no ha debido cambiar nada. Así que si os acercáis hasta el monumento de Abu Klea os lo encontraréis prácticamente igual al momento en que lo pusieron, puesto que está en medio de la nada y son pocos los que llegan hasta aquí. Si decides recorrer el desierto de Bayuda en camello seguro lo verás y también verás los huesos de los que fallecieron en aquella batalla que asoman del suelo cuando el viento mueve la arena del desierto.

Si no sabes lo que sucedió aquí, no te voy a dejar con las ganas, te lo cuento pero super resumido. En 1885 una misión británica emprendió una campaña similar a la de salvar al soldado Ryan, pero con el general Gordon como protagonista. En aquella época Sudán estaba bajo el protectorado egipcio y el descontento provocó que naciera un grupo denominado Mahdista. Cuando Egipto se convirtió en colonia inglesa se rebelaron, no solo contra los egipcios sino también contra los ingleses.

El ejército inglés fue a salvar a Gordon y a su tropa, pero no solo no lo consiguieron, sino que éste murió. Aunque fue una víctima más de la batalla, parece ser que los medios de la época manipularon la forma en la que murió, queriendo dar la sensación de que había fallecido como un mártir. Esto provocó tal revuelo e indignación en la sociedad victoriana que sirvió de excusa al imperio británico para continuar con su expansión colonial por África. Todo con tal de llevar los valores victorianos hasta aquellos países barbaros y crueles que estaban aún sin civilizar. Así justificaron su expansión colonizadora.

Si queréis saber más sobre esta batalla, aquí averiguarás muchas más cosas.

Los pozos de agua del desierto de Bayuda

Una de las cosas buenas que tiene viajar, es valorar las cosas cotidianas, esas a las que normalmente no le damos ni la importancia, ni el valor que realmente tienen. Bueno, a lo mejor con esto del cambio climático nos concienciemos, pero por las malas, el día que nos llevemos la desagradable sorpresita de girar la llave de nuestro grifo y que solo salga arena.

Esto ya es una realidad en el desierto de Bayuda y lo de conseguir agua no es tarea sencilla. Algo tan precioso y valioso como el agua, dentro de poco en muchos lugares será como encontrar petróleo y podrá ser el origen de muchas guerras del futuro.

Mientras atravesábamos el desierto de Bayuda muchas veces veíamos espejismos, así que cuando vimos lo que teníamos ante nuestros ojos no sabíamos si era real o no.

En mitad de la nada se amontonaban cientos de camellos, cabras, ovejas, vacas y personas. ¿Pero qué hacían allí? Unos minutos más tarde lo averiguaríamos.

Los pozos de agua en mitad del desierto son un milagro, un tesoro que da vida a los nómadas y sus rebaños. Pese a que estamos en un lugar remoto, alejado de cualquier forma de industrialización, irónicamente dónde menos se contamina es dónde más caro se pagan las consecuencias del cambio climático. Si las lluvias normalmente son escasas en el desierto, aquí cada vez se dejan ver menos, algo que compromete y amenaza la forma de vida de los nómadas del desierto.

Nos bajamos del coche y nos acercamos. Los pozos de agua en el desierto me han parecido siempre lugares alucinantes y aunque la forma de sacar el agua sea rudimentaria, no deja de ser ingeniosa y efectiva.

¡Al Salaam Aleykum! Varios hombres y niños nómadas nos sonríen, están de lo más atareados sacando el agua. Les señalamos las cámaras y asientan con una amplia sonrisa, nos dejan sacar fotos.

El cabeza de familia lleva una cuerda, una bolsa hecha con piel de cabra y una polea. Una vez colocadas en unos palos, lanzará la bolsa por el agujero rectangular y cuando se escucha el ¡chof! significará que habrá llegado al fondo del pozo que está a más de 45 metros. Moverá la cuerda para que se llene la bolsa de agua y a continuación alguno de sus hijos guiará un burrito o un camello al que habrá atado el otro extremo de la cuerda, caminará el equivalente a la profundidad del pozo para sacar la bolsa de agua.

Después vertían el agua en pequeños bebederos dónde los animales se abalanzaban sedientos.

Permanecimos allí un rato. ¡Madre mía lo que cuesta conseguir agua! igualito que girar un grifo. Me venía a la cabeza el desperdicio de algunos que dejan alegremente el grifo abierto mientras se cepillan los dientes. La cantidad de litros de agua potable que se desperdician por el sumidero ☹ que poco concienciados estamos en occidente con la escasez del agua. ¡Cerrad los grifos si no utilizáis el agua por favor!

pozo-agua-desierto-bayuda

Tras pasar un buen rato allí, haríamos los últimos kilómetros por el desierto de Bayuda hasta llegar a las pirámides de Meroe, el lugar más mágico de Sudán del que ya os hablé. Un lugar mecido por las arenas del desierto dónde están sepultados muchos faraones negros.

Feliz fin de semana 😊

7 comentarios en «Desierto de Bayuda: Un cráter, una batalla y un pozo»

  1. Querida nómada y embajadora de Solans de Cabras:
    Que entrada para revólver conciencias nos has traído esta semana. Esta entrada es para que se la lean los que piensan que tienen una vida complicada y no saben que es tener que sacar agua a mano de un pozo a 45 metros de profundidad para calmar la sed.
    Que misterioso e inhóspito parece Sudán y que ganas de ir a conocerlo. La próxima vez que abra el grifo pensaré en este post.
    Un beso y que disfrutes del finde.

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    • Ay Sudán quien pudiera regresar, es un país espectacular hasta en el desierto se encontraban cosas interesantes. El pozo de agua me encantó, vaya lugar y si hay que concienciarse especialmente aquí cuando nos vienen esas rachas en las que no cae ni una gotita de agua. Me alegra que te haya concienciado jejeje. Un besote Horacio y pasa muy buena semana

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  2. Estos británicos expansionistas… Qué listos han sido siempre. El desierto les ralentizó un poco, pero no les paró. Me encanta la familia esa del cráter, qué valor y qué sufrimiento llevar esa vida (mirado con mis ojos de europeo comodón, claro). Y los pozos… como encontrar agua en la luna. Allí, regalarle a un niño una pistola de agua es de muy mal gusto. Un abrazo fuerte y estupenda semana!

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    • Efectivamente los ingleses van siempre por delante. Lo de la familia, buf, muy duro al igual que todos los nómadas que viven en Bayuda. Lo de la pistola de agua, imagina como disfrutarían con ella, eso si se llevarían un pescozón de los que daban antes cuando éramos niños jajaja
      Buena semana David y un abrazo

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  3. Perdona, Bea, porque voy con mucho retraso. Pero como siempre, estas publicaciones han de leerse con calma, con tiempo para disfrutarlas y con ansias de aprender y dejarse llevar por lecciones como las de hoy. Una familia que envejece al doble de velocidad para mantenerse, una excusa expansionista que se ha cobrado miles de vidas y para rematar lo difícil que puede ser tener eso que nosotros derrochamos… por cierto… usar agua mientras nos cepillamos los dientes ya no es buena idea, así que dejar el grifo abierto ya ni te cuento.

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    • 🙂 Muchas gracias Anxo, bueno lecciones jeje pocas puedo dar, pero si contar rincones que para muchos son lejanos, desconocidos e incluso muchos pueden pensar que son peligrosos, pero que en verdad son excepcionales y nos dan lecciones de muchas cosas, como la del agua, no tomamos conciencia de lo preciada que realmente es hasta que nos falta. Un abrazo y pasa muy buena semana:)

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