Valparaíso ciudad abierta al arte

En estos días tan grises y de encierro por culpa del coronavirus, solo puedo pensar en cosas a todo color. Así que me ha venido a la cabeza un lugar que visité hace poco tiempo y del que aún no os he hablado, Valparaíso.

Nada mejor en un momento como este, que volver a recorrer mentalmente sus coloridos cerros, pasear por sus empinadas calles y subir en sus ascensores, para iniciar un recorrido por el museo a cielo abierto que es la ciudad. Os cuento que ver en Valparaíso.

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Era un tórrido día de verano, estábamos en Santiago de Chile. A unos 120 Kilómetros se encontraban un par de lugares que queríamos ver, Viña del Mar y Valparaíso. Fue curioso porque durante los fines de semana veraniegos de Santiago, sucede lo mismo que aquí en Madrid. Si en Madrid salimos huyendo hacia la montaña, que es lo que nos pilla más cerca, los santiaguinos huyen hacia el mar. Así que hubo que tomarse con mucha paciencia la salida de Santiago, porque los atascos eran kilométricos y tardamos más de dos horas en llegar.

Viña del Mar

Viña del Mar me decepcionó, no sé porque, había puesto más expectativas en ella, pero no le encontramos nada especial a la ciudad jardín, que es también como llaman allí a Viña del Mar.

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Llegamos al rodavario, o lo que es lo mismo, la estación de autobuses. Nada más salir nos dedicamos a callejear para visitar los lugares que uno no se puede perder en Viña. Empezaríamos conociendo un palacio de principios de S. XX llamado Quinta Vergara, ahora es el museo de Bellas Artes. Está rodeado por un parque cuya entrada es gratuita.

Cada año se celebra a finales de febrero en su anfiteatro, el famoso Festival de la Canción Viña del Mar. Fuimos después a uno de los lugares más turísticos de la ciudad, el reloj de Flores. Dicen que si te fotografías frente a él regresarás a Viña, así que es el lugar dónde más fotos se echa la gente. El reloj ha sufrido todo tipo de avatares: Su mecanismo se construyó en Suiza, unos vándalos se lo cargaron, lo repararon y después, un temporal provocó que un árbol le cayera justo encima.

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El reloj está a los pies del Cerro Castillo, si te animas a subir hasta su mirador, tendrás una vista panorámica de Viña del Mar.

Seguimos paseando. Justo al lado del reloj de flores se encuentra la playa de la Caleta, que a esa hora y con los calores que hacía ya estaba hasta arriba de gente.

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Continuamos andando por el paseo marítimo y nos encontramos con el Castillo Wulff, construido por un rico empresario alemán del carbón que se estableció aquí. Su interior ahora alberga exposiciones culturales. Nos quedamos durante un rato en el paseo. Al fondo sobresalían cientos de torres como si fuera el mismísimo Benidorm.

Otro de los lugares interesantes para ver en Viña del Mar es el Museo Fonck. En su entrada un moái secuestrado de la Isla de Pascua da la bienvenida a un museo que recopila varios objetos que se encontraron en Isla de los Rapa Nui.

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Paseamos un rato más y decidimos marcharnos. Muy cerca del reloj de flores cogimos un pequeño ómnibus y unos quince minutos después nos plantamos en Valpo, que es como allí llaman a Valparaíso.

Los murales de Valparaíso

Valparaíso no fue fundada como ciudad, sino que fueron los marineros y navegantes los que poco a poco se establecieron en sus cerros y paulatinamente se convirtió en la ciudad que es. Sin tener nada que ver con Lisboa o Nápoles, su aspecto decadente me recordó a estas dos. Quizás por ser portuaria, bulliciosa y de fachadas eclécticas, en las que se mezcla en perfecta simbiosis el estilo victoriano y colonial. Cada cerro es una cascada de coloridas casas, con fachadas desconchadas y techos de metal. Este tipo de ciudades siempre me ha encantado.

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Si por algo es conocida Valparaíso además de sus cerros, es por los murales que decoran las fachadas y escaleras de sus calles. El muralismo aquí se inició en los años setenta cuando no había presupuesto para las campañas electorales y comenzaron a pintarse los mensajes políticos en las fachadas de las casas. Más tarde, en los años noventa, dieciocho artistas inaugurarían con sus pinturas el Museo a Cielo Abierto en el cerro Bellavista. Un proyecto artístico que encabezó Francisco Méndez, en colaboración con artistas como Roberto Matta, Rodolfo Antunez, José Balmes, Nemesio Antúnez o Ramón Vergara entre otros.

La iniciativa pretendía renovar y mejorar el aspecto del barrio y sus murales terminarían dando fama internacional a la ciudad. Otro grupo de muralistas que se autodenominaban «la Caleta», pintaron gigantescos murales, uno en la estación de Valpo y el otro en el teatro Mauri cercano a la casa que Neruda, “La Sebastiana”.

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Ya en el siglo XXI los grafiteros y muralistas continúan dando vida a escaleras y fachadas de los cerros, a través de sus pinturas lanzando mensajes sociales, de protesta o reivindicativos y sobre todo, en los últimos tiempos para plasmar la profunda crisis y descontento social que hay en Chile.

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Los murales de Valparaíso hablan. Nos hablan de lucha, de desigualdad, de cultura pop o funky, sobre ecología y política y también de sueños. Así que vamos a soñar que salimos a la calle, que falta nos hace, para recorrer las laberínticas calles de Valparaíso, una ciudad abierta al mar y al arte.

Iniciamos el recorrido por los cerros, ansiosos por descubrir murales y dibujos. Esta es sin duda, una de las cosas más chulas que ver en Valparaíso

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Los Cerros de Valparaíso

Un solo día no da para ver en profundidad la ciudad. El problema es que no contábamos con más tiempo para ver Valparaíso, ya que al día siguiente teníamos un vuelo a Isla de Pascua.

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En Valparaíso hay 42 cerros. Afortunadamente para llegar a sus cimas y evitar que te estallen los gemelos, se construyeron a principios del S XX unos 30 ascensores, de ellos solo 10 están en funcionamiento. Este es el mejor medio para llegar hasta lo más alto de cada cerro, por poco dinero y sin cansarte salvo que tengas piernas de ciclista.

Antes de subir al primero de los cerros decidimos parar para comer. Nos sentamos en una terraza para pegarnos una tripada de primera comiéndonos una “chorillana”. La chorillana es una montaña de patatas fritas, cebolla caramelizada, carne, que termina coronada por un huevo. Una gigantesca torre de calorías que nos meteríamos en vena para coger fuerzas.

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Iríamos a tres cerros: Bellavista dónde se encuentra el Museo a Cielo Abierto y más tarde al Cerro de la Concepción y a Cerro Alegre, estos dos últimos son los más turísticos.

Cerro Bellavista

Para subir al Cerro Bellavista utilizamos el ascensor Espíritu Santo, el más rápido de los que hay en Valparaíso. Mientras íbamos subiendo vimos un mural famoso, el “solsticio de invierno” podéis ver la obra de @unkolordistinto en su Instagram. Este par de muralistas, han sido los encargados de decorar los laterales de los edificios más altos de Valparaíso.

Una vez que llegamos a la cima del funicular, pedimos un mapa. No es fácil saber dónde se encuentran los murales, porque cada cerro es un laberinto de calles. Así que mapa en la mano, iniciamos el paseo por el Cerro Bellavista.

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Os sugiero que incluyáis el Cerro Bellavista como uno de los que ver en Valparaíso, tanto por sus vistas como por sus murales. Nada más salir del ascensor Espíritu Santo os encontraréis con una preciosa vista de la bahía de Valparaíso.

Un cristo redentor que se encuentra en el lado izquierdo del ascensor protege la bahía. Y en el lado derecho nos topamos con el mural «clase de geometría» de Ramón Vergara. Aquí en el Cerro Bellavista de Valparaíso es dónde se encuentra el Museo a Cielo Abierto.

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Además de los murales también veréis una iglesia, la de nuestra señora del Carmen y al final de la calle Ferrari, se encuentra una de las casas en las que vivió Pablo Neruda “La Sebastiana”. En este enlace tenéis su horario, precio de entrada y toda la info de esta casa.

Lo mejor que se puede hacer en el cerro Bellavista es callejear, descubrir a cada vuelta de la esquina murales, como el de Anis Anis. En el enlace de su Facebook podéis todos sus dibujos y si os ha gustado buscarla en los muros de Valparaíso.

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Comenzamos nuestro descenso del cerro Bellavista, esta vez lo haríamos andando. A cada paso nos encontrábamos con murales que decoraban paredes de hostales, casas particulares o escaleras. Si te gusta hacer fotos, no vas a parar.

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Cuando estéis frente a alguno de los murales de Valparaíso fijaros, porque al igual que sucede en los cuadros aparece la firma del autor y la fecha en la que lo pintó. Así que si os ha gustado alguno de ellos y queréis conocer más de su obra, buscarlos en Instagram o en Facebook dónde casi todos ellos tienen una cuenta dónde muestran sus creaciones😊

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Llegamos a la bulliciosa Plaza Sotomayor, llena de puestos en los que se vende artesanía. Uno de sus lados está flanqueado por el imponente edificio de la Armada Chilena. Pero además, en esta zona encontraréis otros edificios emblemáticos, como el de Correos y el monumento a los Héroes de Iquique, que rememora el valor de los marineros chilenos del Esmeralda, en la guerra del Pacífico contra los peruanos.

El edificio del Tribunal de Justicia se encuentra muy cerca de la plaza y frente a él, en la Plaza Sotomayor, se encuentra el ascensor Peral que te llevará directo y sin cansarte hasta Cerro Alegre. Una vez llegues a la cima te encontrarás con el paseo Yugoslavo, incluirlo en la lista de cosas que ver en Valparaíso.

Nosotros iniciamos el recorrido en Cerro Concepción y desde allí iríamos andando hasta Cerro Alegre.

Cerro Concepción

Dos ascensores te llevarán hasta lo más alto de este cerro, el ascensor Concepción y el Victoria. Los emigrantes alemanes se establecieron en este cerro y lo llenaron de casas señoriales, rodeadas de jardines y miradores frente a la Bahía.

Este cerro tomó su nombre de una fortaleza que se construyó durante el S. XVII para defenderse de los ataques de piratas, como Henry Morgan y otros filibusteros que atacaron Valparaíso.

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Si quieres quedarte en Valparaíso a dormir, en este cerro encontrarás un montón de hoteles y restaurantes. Una de las mejores cosas que se pueden hacer en Cerro Alegre es pasear, callejear e ir descubriendo arte en cada esquina.

Cerca de la Iglesia Luterana encontramos una de las escaleras más famosas, la escalera Beethoven, son una de las más conocidas y fotografiadas de Cerro Concepción, así que incluirlas en los lugares que ver en Valparaíso.

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Continuamos paseando hasta el Café Brighton, una gran casona de color amarillo, y desembocamos en el paseo Atkinson. Toda esta zona es muy chula y os recomiendo que la incluyáis en la lista de lugares que ver en Valparaíso. Merece la pena perderse por las callejuelas ya que estarás rodeados de bonitas casas de colores y unas vistas espectaculares de la bahía.

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Atravesamos la calle Papudo para visitar otro de los lugares que tenéis que ver en Valparaíso:  Cerro Alegre.

Cerro Alegre Valparaiso

Este fue uno de los cerros que más me gustó, por su ambiente bohemio y bullicioso lleno de murales, músicos callejeros, cafeterías y pequeños restaurantes. Bajamos las escaleras del Paseo Gálvez, lleno de terrazas, mientras el sonido del jazz nos acompañaba durante el recorrido.

Continuamos andando hasta el Museo Lukas, un museo con obras de este caricaturista e ilustrador que relató a través de sus dibujos de forma crítica y humorística lo que acontecía en el país. En esta zona se encuentra una mansión victoriana reconvertida en hotel de lujo, el Palacio Astoreca, una casa de estilo art decó que ahora es el museo Baburizza.

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Paramos un rato, había que descansar un poco después de tanto pateo. Una de las mejores cosas que puedes hacer en Valparaíso es tomar un pisco sur. Llegamos hasta las terrazas del Paseo Gálvez que estaban de lo más animadas entre músicos, turistas y locales que abarrotaban la zona. Muy cerca de allí vimos un gran mural que relataba la historia de Chile.

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Os recomiendo perderos sin mapa entre las callejuelas de la zona porque pasear por allí es de lo más agradable. Además si te gusta la fotografía en este cerro también encontrarás un montón de murales, así que no pararás de hacer fotos.

Continuamos después paseando por el Pasaje Fischer lleno de dibujos. Aquí hay una conocida puerta de madera pintada en rojo que aparece mucho por Instagram, es como un pedacito de India en Valpo. Busca también otra de las escaleras más conocidas de Valparaíso la que en sus peldaños nos cantan las estrofas de una canción de Calle 13.

Más tarde fuimos andando hasta la Calle Urriola. Allí te encontrarás dos conocidas escaleras, la escalera de Colores y si continúas andando por la calle Apolo verás una escalera con unas manos entrelazadas pintadas en sus peldaños, es la Escalera Apolo.

Subiendo por la calle Urriola cogimos el desvío de la calle Templeman. Allí encontramos uno de los grafitis más conocidos de Valparaíso el que dice “we are not hippies we are happies” obra de Art & Beleive . En su página de Facebook te explican cómo surgió la idea de esta frase.

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Continuamos andando por la calle Templeman hasta la calle Galos. Si sigues caminando hasta cruzarte con la calle Almirante Montt, te encontrarás con otro icono de Valparaíso “la abuelita aburrida” . Esta obra salió de las manos de Ella & Pitr, unos artistas franceses que han llevado su arte por las paredes de ciudades de todo el mundo. No solo podéis ver murales suyos en Valparaíso sino también en Chicago, Montreal o Noruega.

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Valparaíso está llena de pasajes, recovecos, escaleras. Si no queréis perderos ningún mural de artistas como Inti castro , Cuellimangi o Stink Fish así como descubrir recovecos y curiosos pasajes como el de Bavestrello, apuntaros a algún free tour. Hay muchos en la ciudad y además así conoceréis más detalles e historias de Valpo.

Si contáis con más días y queréis ver más murales, además de los cerros de los que os he hablado visitar también Cerro Cárcel y Polanco. Ya que hay otro montón de grafitis y murales interesantes que podéis incluir en la lista de lugares que ver en Valparaíso.

El día se iba apagando y la noche se nos echaba encima, era hora de poner rumbo al rodavario para regresar a Santiago.

¿Es seguro Valparaíso?

Nos pasó una cosa muy curiosa. Cuando nos subimos en el ómnibus que iba de Viña del Mar hasta Valparaíso, lo primero que nos dijo el conductor es que guardáramos la cámara y tuviéramos cuidado. Cuando fuimos a comer los camareros nos volvieron a avisar de que tuviéramos cuidado al pasear por Valparaíso.

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Cierto es que hay que ir con cuidado, pero creo que hay que tenerlo en todas las ciudades del mundo. Mi recomendación es que no llevéis cosas de valor y que llevéis el mismo cuidado que podéis tener en la Puerta del Sol de Madrid. Chorizos hay en todos los lados.

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Mientras visitamos Valparaíso no nos sentimos inseguros en ningún momento. Cuando bajamos de Cerro Alegre nos dirigíamos a Puerto Prat y una pareja de policías nos paró. Nos dijo que lo mejor era dar la vuelta, porque ya habían atracado en la zona a tres turistas a los que les habían robado las cámaras y nos dijeron que lo mejor era no era seguir andando por allí por seguridad.

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Al caer la noche las callejuelas de Valparaíso pueden ser más inseguras. Pero insisto nosotros no tuvimos mala experiencia y no percibimos inseguridad en ningún momento. Si aún así te da miedo, tienes la opción de apuntarte a un tour privado, hay un montón de opciones desde uno que combine Valparaiso con Viña del Mar o para conocer los murales y el arte de Valparaiso. Si se te hace de noche y no quieres andar por la calle, siempre puedes coger un taxi para moverte.

Otra opción para recorrer Valparaíso es haciendolo con algún free tour que te llevará por los cerros de la ciudad. También hay un tour gratuito por Barrio Puerto y el Cerro de la Coordillera.

Como llegar de Santiago a Valparaíso

Hay dos estaciones de autobús en Santiago de Chile con autobuses hacia Valparaíso, son Alameda y Pajaritos.

Desde ambas terminales hay muchísima frecuencia de autobuses por lo que no necesitáis reservar previamente ningún billete. Nos costó 3.000 CLP (unos 3,17€ en el 2019).

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Los fines de semana en verano, como nos pasó a nosotros, es cuándo más llenos van así que intentar ir a primera hora de la mañana para que no os toque esperar en la estación.

Para ir desde la estación de bus hasta los cerros nosotros cogimos un autobús interurbano, pasan con mucha frecuencia. Preguntar en la parada, cual es el que lleva hasta alguno de los cerros que queráis visitar.

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Quiero terminar el post recomendando la lectura de los poemas que escribió Pablo Neruda a Valparaíso. Sin duda fue el que hizo el mejor retrato de la ciudad.

Feliz fin de semana😊

17 comentarios en «Valparaíso ciudad abierta al arte»

  1. Una preciosidad, mucho más bonito Valparaíso para perderse por ella y subir y bajar en ascensores … tiene un encanto mágico. Seguimos un blog que va hablando de esta ciudad y nos llama un montón. Un saludo y buen finde.

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    • Es un sitio muy bohemio y muy agradable para pasear, los cerros tienen muchos lugares con encanto para tomarse algo. Que buenos tiempos decir poderse tomar algoUn besote y cuidaros mucho

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  2. Casi estuvimos al mismo tiempo en Valparaíso, unos meses de diferencia. Que recuerdos tan bonitos y como ha cambiado el mundo desde entonces. Yo soy un aficionado a los colores y recorrer esa ciudad tan maravillosa es una delicia. Los murales sin impresionantes y yo me hubiese llevado todas las puertas de Valpo. Tan originales. Después de visitar esta ciudad. Madrid me parecia de lo más simple y aburrido. Yo estuve de día y de noche y no tuve ningún problema de seguridad. Un beso y buen finde.

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    • Imagínate que nos hubiéramos encontrado en una esquina de Valpo, que bien hubiera estado 🙂 como ha cambiado nuestro mundo, espero que por poco tiempo y se pueda disfrutar de un buen paseo subiendo cuestas y disfrutando de los murales increíbles que hay. Nosotros tampoco tuvimos problemas, pero la verdad es que tanta advertencia nos sorprendió. Un besote y disfruta del arresto domiciliario

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  3. Bonito paseo por Valparaiso, la ciudad donde sus habitantes deben de estar todos super en forma porque las subidas a los cerros, aún con ascensores, es la pera limonera.
    No me extraña que quieras cosas con color para contrarestar el blanco y negro de nuestros pensamientos en estos días. Lo has conseguido, es un post muy chulo.
    Tenemos la misma impresión sobre los avisos reiterados sobre «guardar las cosas de valor», te lo dicen tantas veces que te ponen muy alerta, pero finalmente hemos sacado la misma conclusión.
    Me lo repitieron tantas veces que llegué a tener obsesión, pero no vi que fuese muy fundada.
    Me alegra que ni el coronita te detenga y sigas con tu rutina de posts. No todos podemos decir lo mismo. 🙂
    ¡Fuerza, ánimo, SALUD y hacia adelante!.
    Besossssss

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    • Sabes Luisa que yo descubrí tu blog antes de ir a Chile, cuando estaba buscando info y leí tu post de tu excursión a Valpo y ya me quedé enganchada a tus post? pues si jejeje. Sobre la seguridad, deben de pasar cosas porque nos sorprendió que nos advirtieran tantas veces, pero desde luego durante el día a nosotros nos pareció de lo más seguro. No quiero que ni las coronas ni las coronitas me detengan la rutina, ni me cambien mis hábitos, pasooo, así me entretengo y me voy de viaje con el recuerdo, vete a saber tu cuando podremos volver a ser libres de viajar, así que hagamoslo con las letras y con las fotos al fin y al cabo es otra forma de viajar. Un besote Luisa cuídate mucho y a ver si nos das otro capitulo de Chipre y tus aventuras por allí

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      • Ay, ¡que gracioso!, fíjate que no es exactamente un post sobre Valparaiso sino sobre la gente que por casualidad coincidimos en aquella excursión que me llevó de Santiago de Chile a Valparaiso. Fue un día fantástico, al igual que encontrarme con mi amiga en FB a la que nunca había visto y nos encontramos allí y fue como si nos conociésemos de toda la vida.
        Es gracioso que leyeses aquel post que salía más del afecto a la gente que por allí me encontré que sobre las ciudades exactamente.
        A mi también me pareció un sitio seguro pero me advirtieron tantas veces tanto en Santiago como en Valparaiso que llegué a sentir una inseguridad que de otro modo nunca hubiese sentido. Afortunadamente nada pasó y agradecí los avisos.
        Escribiré sobre Creta, jaja, no Chipre, que lo he dejado a un lado porque si, el coronita de las narices ha hecho de mi una vaga de cuidado, es como si me hubiese chupado la energía. Hasta a mi me parece raro lo que me pasa pero es lo que hay.
        Cuidate mucho tu también y espero que todo vuelva a su sitio. Hoy parece que mi rutina va a cambiar, cruzando dedos, a ver si continuo en esta deriva.
        Me ha hecho mucha gracia saber que me conociste en Valparaiso, jajaja.
        Besos mil y Salud !!!

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        • Si y el relato del post me encantó, precisamente era más tu experiencia y de la gente con la que fuiste pero estaba redactado con tanto cariño que me gustó muchísimo y ya me enganché a leerte. Bueno ya he visto que has dejado las coronitas aparcadas y has tirado por las flores, que maravilla Muy buen domingo¡¡ ya queda menos para que termine esta pesadilla,

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          • Fíjate que siempre me parece que soy sosita y que no reflejo el cariño que le tengo a mucha gente, por lo que me encanta que me digas que en aquel relato se notaba todo lo que sentí aquel día tan intenso.
            Las flores las tenía medio preparadas hacía ya muchos días, me estaba tan falta de energía que no podía, hoy me ha dado un «no sé qué» que cogí más flores y subí todo del tirón, sin pensarme mucho lo que decía. Así que me alegro que te haya gustado el paseo campestre improvisadillo.
            Buen domingo y Felicidad. Besos 🙂 🙂 🙂

          • Pues cuando lo leí me sentí allí, la descripción de tus compañeros de viaje, el cariño con el que describe aquel día me encantó. Lo de las flores buena elección pero me has dejado con las ganas de coger una azada quien pudiera
            Ahora vamos a apreciar todas las cosas mucho más, pero a ver cuánto nos dura y la alegría que nos va a dar recuperar la libertad como bien dices, para revolcarse por el césped disfruta el domingo

          • Calla, calla, no hables de azadas, podas o cortes de hierba que me llevan los demonios.
            El último día, justo antes del confinamiento, que en Galicia se decretó un día antes, había podado las Vestringias y los Cytisus que están bestialmente grandes. Y quedaba por podar otro montón de cosas. La hierba estará revolcona de todo de lo altísima que va a estar, no quiero pensar que aquello va a ser una selva. Pero será un placer volver a la selva.
            Feliz Domingo.

  4. Suizo tenía que ser el reloj de flores de Viña del Mar, es igual que el de Ginebra. Mi hermano fue hace como cuatro años a Valpo, y le gustó tanto que este año se compró los billetes para volver, pero… Bueno, ya sabes… Ha tenido que posponer el reencuentro. Gracias por este post tan colorido en este momento tan incoloro. Un abrazo y a cuidarse! ☺️

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    • Bueno, pero irá seguro, solo es necesario un poco de paciencia que el tiempo pasa bien rápido y seguro que en nada estará disfrutando de los cerros de Valpo. Un beso David y ánimo con el encierro

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  5. ¡Ah! ¡Qué buenos recuerdos me has traído a la mente! En su día me encantó visitar esos lugares y al ver estas imágenes y leer sus líneas mi cabeza explotó formando espirales de sensaciones guardadas en su interior. ¡Qué bueno!

    Gracias, saludos.

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    • Pues que bien? me alegra de poderte haber llevado de paseo por los cerros 🙂 y más en un momento como éste. Un abrazo y buen día

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  6. Valparaíso ha perdido su esencia bohemia y su alegría, estos últimos 4 años la destrucción de Valparaíso ha sido progresiva. Calles destruidas, edificios incendiados durante el estallido de violencia, muchos locales abandonados, basura y malos olores en sectores como calle Uruguay, Bellavista, Pirámide. Mercado Cardonal.Obras inconclusas como Plaza O’Higgins, Plaza Victoria, Escuela Ramón Barros Luco Los cerros están en abandono en manos del tráfico de drogas auspiciados por fuegos artificiales y balazos.
    Valparaíso muere un poco más cada día.

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    • Hola Carlos:
      Pues vaya, siento mucho que me digas que Valparaíso muere día a día, espero que se obre el milagro y vuelva a recuperarse. Yo estuve justo antes de las revueltas y los incendios. Pese a que nos avisaban que anduviéramos con cuidado ya que había carteristas, nada malo nos pasó y disfrutamos mucho de los cerros, el ambiente y sobre todo de los preciosos murales que decoran las paredes. La verdad es que en los últimos tiempos no se ha vivido la mejor etapa por nuestro mundo, por lo que hay que confiar en que todo se encarrile de nuevo y que Valparaíso recupere la paz en las calles. Ojalá porque a mi me encantó. Un abrazo y pasa muy buen fin de semana

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