El Nido del Tigre Bután: Subida a un monasterio de leyenda

Uno de los destinos más conocidos de Bután es el Monasterio de El Nido del Tigre, también llamado Monasterio Taktsang Palphug. 

La escenografía del Complejo de Monasterios budistas no puede ser más espectacular e impactante, ya que el Monasterio de El Nido del Tigre se encuentra encaramado sobre la roca de un acantilado a 700 metros del suelo.

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Historia y leyendas del Nido del Tigre

El Nido del Tigre fue construido en 1692, alrededor de la cueva dónde el Gurú Rimpoché (el fundador de la escuela tibetana) meditó por primera vez en Bután. Se dice que en este lugar, sería dónde se introduciría el Budismo en Bután.

La leyenda cuenta que, un tigre trasportó volando al Gurú, también conocido como Padmasambhava, desde el Tíbet a este lugar. Vino hasta aquí para someter a los demonios locales que estaban ocasionando problemas a los habitantes del valle de Paro. Y aquí se quedó meditando, en una de las cuevas, durante tres años, tres meses y tres días.

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Esta no es la única leyenda que rodea la construcción de el Nido del Tigre sino que hay más:

El Guru Rimpoché volvió cien años después a este sitio, esta vez reencarnado como Tenzin Rabgye. Sería el hombre que construyó la estructura y convertiría la cueva dónde estuvo meditando en un templo.

Se dice que durante la construcción del templo ocurrieron diversos milagros. Según una leyenda, el monasterio estaba anclado al acantilado con pelos de dakini, que son seres celestiales de la mitología budista tibetana. Seres de otro mundo.

A lo largo de los siglos, yoguis tibetanos, indios y butaneses acuden a meditar a este templo, atraídos por su energía y los monjes siguen acudiendo hasta aquí, en busca de la iluminación de Buda.

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Las cuevas de la montaña eran un buen lugar para encontrar la paz y tranquilidad, necesaria para meditar, pero su remota ubicación supuso un problema muchos años después.

En 1998 un incendio quemó por completo el monasterio de El Nido del Tigre y dejó atrapados a varios de sus monjes que murieron, al no poder escapar.

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Siete años más tarde, el Monasterio Taktsang Palphug se restauró por completo.  Sus cúpulas doradas volvieron a brillar e iluminaron de nuevo todas las estatuas de los dioses, con sus luces parpadeantes en el interior del impresionante templo.

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A este lugar debe peregrinar todo budista butanés al menos una vez en la vida. En el recorrido veréis como personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños, suben por los serpenteantes caminos, entre los pinos y rododendros.

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El Nido del Tigre se encuentra a 16 kilómetros al norte de Paro. Una vez se llega al aparcamiento, la única forma de acceder al Monasterio Taktsang Palphug es andando, hasta alcanzar los 3.118 metros de altitud en los que se encuentra.

La distancia hasta el monasterio desde el aparcamiento es de 6 Km de ida y vuelta, parece una chorrada, pero la sensación cuando uno sube es que no son 3 Km sino 40, puesto que tardas horas en llegar.

Durante todo el recorrido vas subiendo y subiendo por la empinada montaña y algunas zonas son complicadas. La duración del recorrido si estás en forma os llevará 5-6 horas y si paráis a comer añadir una hora más.

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La caminata se inicia en el aparcamiento a primera hora de la mañana. Si no quieres andar de más o estás en modo vago redomado, el primer tramo lo puedes hacer a caballo, hasta más o menos la mitad del camino, dónde hay una cafetería. A partir de este punto y hasta el final, no hay alternativa, solo valdrán tus piernas para poder llegar.

Nosotros hicimos todo el recorrido hasta el Nido del Tigre a pié. La mayor parte del tiempo es cuesta arriba. Hay tramos un poco complicados, cuando veas que ya echas el bofe o que están a punto de que se te salgan por la boca los alvéolos pulmonares date un respiro y disfruta del paisaje.

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Subida a el Nido del Tigre

La primera parte del camino hacia el Monasterio Taktsang Palphug, te internas en un bosque de pinos azules. Las vistas del valle comienzan a ser muy bonitas. Los primeros estandartes de oración comienzan a aparecer, simbolizando la protección contra las fuerzas del mal, la energía positiva, la vitalidad y la buena suerte.

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Se llega a una zona más llana que lleva el nombre simbólico de las  «Cien mil hadas»

Muchos se rajan a mitad del camino, dónde está la cafetería. Reconozco que yo iba a formar parte del grupo de rajados, pero me sentí como una maula cuando ancianos casi centenarios seguían cuesta arriba, mientras yo simulaba hacer fotos porque estaba que no podía más. La vergüenza pudo conmigo y decidí que ahí no podía quedarme, así que continué el camino.

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Una vez que te vas aproximando a el Nido del Tigre van apareciendo por todo el camino cientos de banderas de oraciones, así que te vas animando, porque sabes que no queda casi nada para llegar.

Una vez cruzas un puente en el que no cabía ni una banderita más, ya solo queda la última subida. Verás que hay una pequeña cascada justo en la ladera de la montaña.

Camino al El Nido del Tigre
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Una vez que llegas al Monasterio de El Nido del Tigre hay que dejar las mochilas fuera, para visitar el interior. Ya has logrado tu objetivo, estarás a 3.120 metros de altitud. El esfuerzo será recompensado una vez estés allí con unas vistas impagables.

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Recuerdo que cuando llegué al Monasterio de El Nido del Tigre estaba sudando como un pollo, tanto, que casi no podía ni ver porque me caían las gotas de sudor hasta de los párpados. Una vez me repuse vi el interior del Monasterio, Manolo ya llevaba mucho rato esperándome.

Dentro del Monasterio Taktsang Palphug  hay 4 templos y varias viviendas. En el interior de el Monasterio de el Nido del Tigre no se pueden hacer fotos.

Todos los edificios están conectados entre sí por escaleras. Los escalones fueron tallados en la roca. Casi todos los edificios del complejo tienen un balcón con una vista impresionante de los alrededores. En el  templo principal de el Monasterio de El Nido del Tigre, veréis que hay una rueda de oración gigante. A las 4 de la mañana la hacen girar los monjes para empezar el día con buen pie.

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En la sala de los Mil Budas, esculpida en la roca, se encuentra la estatua de un tigre. El tigre es el símbolo de este monasterio, es un recuerdo a la leyenda que lo rodea.

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Hay ocho cuevas en el monasterio de el Nido del Tigre. Cuatro de ellas son de fácil acceso. La cueva de la leyenda que os conté antes, dónde se supone que llego Padmasmabhava con el tigre, lleva el nombre de «Tholu Phuk» y en la que los monjes realizan las meditaciones se llama «Pel Phuk». Durante el tiempo en que los monjes se recluyen en este monasterio, que suele ser unos tres años, no bajan en ningún momento al valle de Paro.

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La bajada desde El Nido del Tigre, no supone ningún esfuerzo y vas disfrutando de las preciosas vistas del Valle de Paro.

Que llevar al Trekking de El Nido del Tigre

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  • Zapatos o botas de trekking.
  • Agua.
  • Bastones de montañismo, te vendrán bien para bajar.
  • Bronceador y gafas de sol.
  • Ropa cómoda y a capas. Cuándo inicias el trekking hace frío, pero cuando lo termines estarás asfixiado.
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Si vais a Bután, el Nido del Tigre debéis incluirlo en vuestra lista de lugares imprescindibles. Haciendo un esfuerzo, podréis llegar al final del camino y tendréis como recompensa haber llegado a uno de los lugares más icónicos de Bután.

Feliz fin de semana ☺

10 comentarios en «El Nido del Tigre Bután: Subida a un monasterio de leyenda»

  1. Fantástico emplazamiento.
    Todas las religiones escogieron durante siglos sitios recónditos para recluirse. Y si, si querían estar solos ahì, seguro que lo han estado.
    Comprendo el pensamiento “rajarse”, pero después dices: si aquí raramente voy a volver y ¿no voy a subir?y subes, echando el higadillo pero hasta el final. ¡Faltaría mas!.
    Que conste que en las fotos parece que vas fresca como de paseo por un parque. Aunque los 3.000, los 4.000 tienen mucha tela.
    ¡ Feliz Año lleno de viajes preciosos !

    Responder
    • ya te dije que me costó de lo lindo, además de dejarme unos cuantos alvéolos por el camino. Esta subida si es chula de verdad¡ mereció la pena el esfuerzo

      Responder

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