Qué ver en Abu Simbel: La aventura de un superviviente

Uno de los templos más espectaculares de Egipto es Abu Simbel, sin embargo, no es fácil llegar hasta él y cada vez que me he puesto a planificar una ruta por Egipto, me han entrado dudas existenciales de si incluirlo o no en mi recorrido. Hoy os cuento que ver en Abu Simbel, sus curiosidades, como hice mi último viaje hasta aquí y qué opciones hay para llegar hasta Abu Simbel ¿Merecerá la pena conocerlo? Lo averiguaréis en este post.

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Mi viaje a Abu Simbel

El trayecto de Asuán a Abu Simbel está separado por una distancia de unos 280 kilómetros, pensaréis, bueno es poco. Sí, es poca distancia, pero se tarda unas cuantas horas en llegar. La opción que escogimos para llegar a Abu Simbel fue en minibús desde Asuán. Si me preguntarais que fue lo peor del viaje, os diría que el mega madrugón que nos tuvimos que pegar. A las 3:00 de la mañana, estábamos desayunando y a las 4:00 am nuestra furgonetilla partía rumbo a Abu Simbel.

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La idea era estar a las 8:00 am frente al monumento más megatónico de Ramsés II.  Esta es una buena hora para visitar Abu Simbel, tanto para zafarse del tórrido sol egipcio que cae implacable a todas horas, como para verlo con menos gente. Aunque esto último es más difícil, ya que coches, furgonetas y autobuses salen de Asuán a la misma hora. Solo si os quedáis a dormir en Abu Simbel y vais a deshora os encontraréis con menos gente.

Era tan pronto cuando salimos de Asuán que pasamos la mayor parte del trayecto dormidos. El trayecto es muy monótono, puesto que toda la ruta transcurre por una zona desértica. Hicimos una parada técnica para ir al “natural toilette” y de paso, aprovechamos que estaba amaneciendo para hacernos unas fotos voladoras en mitad del desierto.

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Precio de Entrada de Abu Simbel

A las ocho de la mañana llegamos al aparcamiento de Abu Simbel y fuimos inmediatamente al Centro de Visitantes para comprar las entradas. La entrada a Abu Simbel cuesta 240 LE (unos 13,50€). Ten en cuenta, que si quieres hacer fotos en el interior de los templos tendrás que pagar otros 300 LE por cada cámara (esto en el 2021).

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En el Centro de Visitantes de Abu Simbel proyectan una peli en la que se explica, cómo se reubicaron ambos templos hasta este lugar. La peli la dejamos para el final de la visita y aprovechamos que no hacía demasiado calor para ver los templos.

Que ver en Abu Simbel

Parece que cuando se habla de Abu Simbel solo hubiera un templo, pero no, son dos los templos que tenéis que ver en Abu Simbel, el de Ramsés II y el de Nefertari. Uno está prácticamente al lado del otro.

El Tempo de Ramsés II

Sentados en la roca, frente al lago Nasser, se levantaban a 19 metros de altura cuatro imponentes esculturas que nos miraban fijamente. Todas representan al faraón Ramsés II en su trono.

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Veréis que una de ella está destrozada. El culpable de que la estatua esté desmoronada fue un terremoto que hubo en el año 27 a.C. Cuando se movió el templo a su ubicación actual, no se quiso restaurar, para mantenerlo tal cual lo habían encontrado. Así que a sus pies, veréis los fragmentos que cayeron desperdigados.

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Veréis otras estatuas más pequeñas que representan a la familia real del faraón, la madre de Ramsés II, su mujer Nefertari y a sus hijos.

Cuando estás frente a los templos de Abu Simbel te puedes hacer una idea del poderío que tuvo Ramsés II. El faraón quiso que ese poder se plasmara en todas sus obras e impresionar a quien los visitase. Desde luego lo consigue, puesto que los templos de Abu Simbel son impresionantes.

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En su fachada y en la parte superior del templo, justo encima de la puerta veréis varios halcones. Representan al dios Horus cuya función es proteger al templo.

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Fijaros porque también en fachada del templo de Ramses II, os encontraréis con una de las curiosidades de Abu Simbel. Veinticuatro estatuas de babuinos que representan las 24 horas del día. Éstos saludan al sol naciente y al poniente, son los adoradores del sol, que para eso este templo está dedicado al Dios sol, Amón-Ra.

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Accedimos al interior del gran templo de Abu Simbel. Nada más entrar nos topamos con ocho gigantescas estatuas del faraón. Tienen diez metros de altura y aún conservan sus colores originales.

El corredor daba acceso a varias salas y cámaras ceremoniales. Una de las cosas que tenéis que ver en Abu Simbel son las paredes de éste templo, repletas de jeroglíficos. Lo bajorrelieves representan las batallas en las que participó el belicoso rey Ramsés II. De todas ellas, aquí se relata la más importante, la conmemoración de la victoria de Ramsés II en la batalla de Qadesh contra los hititas, cerca del río Orontes, en lo que ahora es territorio sirio.

Lo mejor de la visita a Abu Simbel son estos jeroglíficos. Después de más de 3.000 años aún conservan sus colores originales y son como pequeñas escenas de una peli, en las que se relatan la batalla más famosa del antiguo Egipcio, la de Qadesh. Por supuesto no faltan dentro de las paredes del templo otros jeroglíficos religiosos, donde el faraón hace ofrendas a los dioses.

El Festival del Sol de Abu Simbel

Pero si hay un lugar especial que tenéis que ver en Abu Simbel es una pequeña sala situada al final del templo. Los egipcios eran grandes astrónomos y todos sus templos estaban orientados al sol o en dirección a determinadas estrellas.

En el caso de Abu Simbel dos veces al año hay un evento especial. Los rayos de sol se cuelan hasta las profundidades del templo, para iluminar cuatro estatuas que veréis en la Sala Hipóstila. Esos días son el 22 de febrero y el 22 de octubre, fechas que se suponen que era el cumpleaños y el día de la coronación del faraón. El día del Festival del Sol de Abu Simbel, los rayos del sol iluminan las estatuas de Ra, Horus y a Ramsés divinizado como dios. Hay una cuarta estatua que queda en la oscuridad y esta, es una de las curiosidades de Abu Simbel. La razón de quedar en la penumbra es que representa a Ptah, el dios del inframundo.  

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Para ver el Festival del Sol en Abu Simbel hay que estar allí a las 3:00 am y esperar a que amanezca. Obviamente dentro del tempo no entra todo el mundo, así que son cuatro en guerrilla los que pueden ver el evento en directo. El resto se tiene que conformar con verlo en unas pantallas gigantes que colocan en el exterior del templo.

Templo de Nefertari

El otro templo que tenéis que ver en Abu Simbel está situado a unos pasos del de Ramsés II y es mucho más pequeño que éste.

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De las seis esposas que tuvo Ramsés II, su favorita fue Nefertari y por eso le dedicó este templo.

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Otra de las curiosidades de Abu Simbel la podéis ver en la fachada de este templo. Hay cuatro estatuas sentadas, dos representan a Nefertari y las otras dos al faraón. Lo mejor, es que todas son del mismo tamaño. Esto era impensable en el Egipto faraónico, dónde lo habitual es que se representaran a las mujeres del faraón, con un tamaño más pequeño de éste. Pero Abu Simbel es una excepción a la regla.

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En el interior del templo de Nefertari veréis cuatro pilares que finalizan con la cabeza de Hator, la diosa de la alegría y la música.

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Después de visitar ambos templos estuvimos dando una vuelta por la zona, dimos un paseo por la orilla del lago Nasser, nos hicimos mil fotos, allí pasamos como unas dos horas y media. A nuestro regreso a Asuán hicimos varias paradas en la carretera para fotografiar los espejismos que nos regalaba el desierto.

¿Mereció la pena viajar a Abu Simbel? Sin duda sí. Además, si tenéis más tiempo os podéis quedar a pasar la noche para ver el espectáculo de luz y sonido que hay todos los días en Abu Simbel. Consultar antes con el Centro de Visitantes, si lo van a hacer o no. Antes del covid se hacían tres sesiones (18:00-19:00 y 20:00 pm). Se requiere un mínimo de 10 espectadores para que lo realicen. Como ahora el turismo no pasa por su mejor momento, pueden cancelar alguna de las sesiones. Las entradas las podéis comprar en el Centro de Visitantes. También podéis hay excursiones de dos días a Abu Simbel organizadas para verlo tanto de día como de noche. Aquí os dejo el enlace de una de ellas.

El traslado de Abu Simbel

Todo el mundo sabe que Abu Simbel fue rescatado antes de que las aguas del Lago Nasser lo hicieran desaparecer. Pero antes de esto, hubo un tiempo en el que Abu Simbel permaneció sepultado, no bajo el agua sino bajo las arenas del desierto.

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Originariamente los templos de Abu Simbel se tallaron en el S. XIII a.C en la ladera de una montaña. Tardaron 20 años en finalizar las obras. Parece mentira que un templo así de grande pudiera caer en el olvido y terminara oculto bajo la arena del desierto, pero esto fue lo que le sucedió.

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El complejo de Abu Simbel quedó sepultado bajo la arena durante siglos, hasta 1813 cuando el famoso explorador suizo, Johann Ludwig Burckhardt, el mismo que descubrió Petra, lo encontró bajo la arena. Unos años después, su amigo, el explorador y viajero italiano Giovanni Battista Belzoni, encontraría la puerta de acceso y sería el primero en acceder al interior de Abu Simbel.

Los italianos que iban en esta expedición, en su afán por pasar a la posteridad o quien sabe, quizás eran tatuadores frustrados, se dedicaron a grabar en la mejilla y piernas de Ramses II sus nombres y fechas en las que estuvieron allí. Los muy gañanes dejaron nombres italianos grabados por toda la fachada del templo.

La Reubicación de Abu Simbel

No solo la arena fue una amenaza para Abu Simbel. En 1968 la Unesco tuvo que acudir a su rescate, para mover al templo a 200 metros de su ubicación original. En los años 60 se construyó la presa de Asuán por la que se regulaba las crecidas del Nilo. Ésta provocó el nacimiento de un lago artificial, el lago Nasser. Sus aguas iban a ser un peligro que amenazaba con sumergir varios templos del antiguo Egipto, entre ellos los templos de Abu Simbel. Así que fue desmontado piedra a piedra para ser trasladado y reconstruido.

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Las piedras se volvieron a unir como un gran puzle, en la ladera de una colina artificial. Mover Abu Simbel fue otra tarea faraónica que duró 5 años e implicó a 50 países en su esfuerzo por salvarlo.

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El resultado fue tan bueno que, si nadie te contase que el templo de Abu Simbel estaba en otro sitio, pensarías que se encuentra en su ubicación original. Si tenéis curiosidad en saber cómo se movió el templo una de las cosas que tenéis que ver en Abu Simbel es la película que ponen en el Centro de Visitantes, pero también podéis echar un ojo a este otro documental.

Este no fue el único templo que se tuvo que mover. Ya que se rescataron otros 14 templos más. Además del Templo de Philae y Kalabasha también rescataron a un madrileño de adopción, el Templo de Debod del que os hablé hace poco. Y el templo de Dendur que podéis ver en Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Cómo llegar a Abu Simbel

Tenéis varias formas de llegar a Abu Simbel, la más rápida en avión, la más barata por tierra haciéndolo en coche o bus y la más romántica en barco.

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Llegar a Abu Simbel en Avión

Egypt Air y Air Cairo tiene vuelos a Abu Simbel desde El Cairo y Asuán. Comprobar si operan o no, ya que el bajón de turistas que ha provocado la pandemia, la cancelación de rutas y vuelos está a la orden del día.

Desde Asuán el vuelo es muy corto, en 45 minutos llegas a Abu Simbel y desde el Cairo era 1h25min ya que hace escala en Asuán. Costaba alrededor de 95€. Lo bueno de llegar en avión es que en el aeropuerto Egypt Air tenía un servicio gratuito de bus para llegar a Abu Simbel.

Si no quieres pasar la noche en Abu Simbel y quieres regresar en el mismo día, calcula que necesitas unas 2,5 horas para ver tranquilamente Abu Simbel.

Abu Simbel desde Asuán por Tierra

Llegar Abu Simbel desde Asuán por tierra es la forma más barata y aunque pueda parecer un poco palizón no es para tanto. La carretera es una inmensa línea recta. En el viaje de ida de Asuán a Abu Simbel todos los coches, furgonetas y autobuses salen a la misma hora, por lo que se va en una larga caravana. Sin embargo, el regreso a Asuán es diferente, ya que no te vas a encontrar casi nada de tráfico.

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Puedes acordar el traslado a Abu Simbel desde Asuán por carretera en coche privado, furgoneta o minibús o autobús tanto en las agencias de viaje de Asuán, en tu propio hotel, negociando con algún taxista o si vas en un crucero por el Nilo solicitando que incluyan la excursión Abu Simbel cuando diseñes tu viaje. También puedes reservar con antelación a través de agencias online aquí tienes una de ellas con guía en castellano.

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Alquilar un coche para ir a Abu Simbel desde Asuán por tu cuenta no es una opción, ya que se necesita gestionar una autorización de seguridad con la policía egipcia y obligatoriamente tienes que ir acompañado de un guía. 

Llegar a Abu Simbel en Barco

Esta es la forma más cara de llegar a Abu Simbel desde Asuán, surcando las aguas del lago Nasser en algún crucero como éste de cuatro días de duración. Aparte de los templos de Abu Simbel podrás ver pequeñas ruinas arqueológicas y otros templos más pequeños, como el Templo de Derr, el de Amada, los de Wadi-es Seboua y otros más que de otra forma no podrás ver. Al estar prohibido desviarse de la carretera la única forma que hay para llegar a estos templos más pequeños es en uno de estos cruceros.

Sea cual fuere la forma en la que lleguéis a este templo seguro que no os va a defraudar porque es uno de los más impresionantes de Egipto.

Feliz fin de semana 😊

12 comentarios en «Qué ver en Abu Simbel: La aventura de un superviviente»

  1. Muy de acuerdo con tu post, Abu Simbel es un imperdible en un viaje a Egipto, en mi opinión al nivel de las pirámides. Nosotros fuimos y volvimos por carretera e hicimos noche allí para poder ver el espectáculo de luz y sonido, nos gustó muchísimo. La reubicación de la que hablas es una de las grandes obras del hombre, yo diría que es una obra «faraónica», nunca mejor dicho, perdón por la broma mala. Saludos viajeros.

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    • jeje así es un pedazo de obrón para moverlo tan solo a 200 metros. Pero lo bueno de esta obra y seguro que estás de acuerdo, es que nunca hubieras pensado que ha sido movido, porque se hizo tan milimétricamente, que parece su ubicación original. Estoy de acuerdo contigo que si no va de viaje a Egipto hay que incluirlo porque merece la pena. Un saludo y feliz semana

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  2. Querida faraona madrileña,
    Creo que Abu Simbel es de los lugares más impresionantes de Egipto y es una visita obligada. Yo tuve la oportunidad de quedarme a dormir allí y merece muchísimo la pena. Se lo recomiendo a todo el mundo. Desconocía esa habilidad tuya para levitar que muestras en las fotos. Será cierto que hiciste algún trato con Anubis para adquirir ese poder sobrenatural?
    Un beso y feliz fin de semana

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    • es que me creí la diosa alada jajaja siempre me hago fotos así en todos los sitios, pero esta es la primera vez que pongo una, Merece mucho la pena verlo, estoy contigo y también recomiendo a todo el mundo que dude en incluirlo en verlo si va a Egipto. Bss Horacio y a disfrutar el finde

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  3. Un viaje muy apasionante. Yo soy de los que me quedaría encantado una noche en vela sacando fotos nocturnas bajo cielos estrellados.

    Me han encantado tus fotos y la voladora ha quedado genial.

    Como siempre, nos dejas una gran guía cargada de detalles y explicaciones. Muchas gracias por tu tiempo.

    Feliz semana, un abrazo.

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    • Gracias a ti por comentar ☺. Escribiendo los post es como viajar de nuevo, ahora que no se puede, con el recuerdo me voy dando una vuelta por todos los lugares en los que he estado, con que poco me conformo, jaja pero se ha convertido en una forma de viajar. Egipto es un lugar perfecto para jartarse a hacer fotos tanto de día como de noche:) y ahí sin contaminación lumínica es una auténtica pasada. Un abrazo Anxo y buena tarde

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  4. Pero vamos a ver! Estos garabateros italianos se han vuelto locos??? Bueno… Qué se le va a hacer ‍♀️ Gracias por mostrar otro poquito de Egipto. Muy impresionante Un abrazo!!!

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    • No te imaginas la cantidad de nombres con los que parece que están tatuadas las estatuas tatuadas¡¡ mama mia si los egipcios hubieran puesto nombre árabes en el David de Miguel Angel que hubiera pasado Buena semana David¡¡ Un abrazo:)

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