Vagando Por Mundopolis

La Reserva de Anja: Buscando lémures de cola anillada

En la Reserva de Anja, vimos al lémur más icónico de Madagascar, el lémur de cola anillada. Pensarás: otro lugar con más lémures, siiii, pero quien se quiere perder la posibilidad de ver un lémur al que les gusta tomar el sol repantingado sobre las rocas😎.

Estamos cada vez más al sur de la isla y el paisaje va a cambiar radicalmente. Esta vez nuestra ruta de senderismo no transcurriría por una selva húmeda, sino por un bosque seco rodeado de unas imponentes formaciones rocosas.

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Quizás estés pensando que hay demasiado senderismo, demasiado lémur, pero espera, porque en esta etapa de nuestro viaje no solo visitaríamos la Reserva de Anja. Ya sabes que somos de los que nos gustan hacer paradas en el camino para descubrir cosas interesantes y esta vez, aprovechando nuestro paso por las tierras altas de Madagascar fuimos a una bodeguita malgache, si lo has leído bien, una bodega, para comprar vino malgache pero no solo esto, sino que, además, vimos el proceso de elaboración del famoso papel de Antemoro, es un papel artesanal muy conocido en Madagascar.

Hoy en esta otra etapa de nuestro viaje a Madagascar te contaré nuestra ruta hasta la Reserva de Anja, todo lo que puedes ver en esta zona y además lo podrás verla porque esta entrada también lleva video incorporado.

El Vino de Madagascar

La verdad es que no se nos hubiera ni ocurrido que Madagascar pudiera ser un país viticultor, pero sí, aquí en las tierras altas, en el “Hauts Plateaux”, producen vino. Baba nos dijo que en cada vendimia se producen unos 7 millones de litros.

Fueron los misioneros franceses en el s. XIX cuando se asentaron en estas tierras durante el periodo colonial, los que introdujeron las vides en Madagascar. Se animaron a cultivarlas en esta zona y el experimento les funcionó. Las vides se plantan en las laderas de las montañas, sujetas por espalderas de madera y rodeadas por campos de arroz, una asociación extraña. Como estamos en el hemisferio sur, aquí la vendimia se realiza durante el mes de febrero.

Ahora en Madagascar habrá como una docena de bodegas repartidas por esta zona del país, entre Fianarantsoa y Ambalavao.

En la ciudad de Fianarantsoa hay un monasterio cisterciense, se llama Monasterio de Maromby, sus monjes subsisten gracias a la actividad vitivinícola. Puedes venir al monasterio y comprar sus caldos. Las vides son híbridas, una mezcla franco-americana que al parecer, es más resistentes que las europeas, capaz de soportar el clima tropical, eso sí, también dicen que sus uvas son peores que las del viejo continente.

En Madagascar hay otra variedad de vino, el llamado “vino gris” en realidad es un vino rosado, nosotros no quisimos arriesgar por lo que compramos una botella de tinto y otra de blanco dulce.

Entre Fianarantsoa-Ambalavao hay un tramo en la carretera RN7 donde te toparás con varias bodegas/vinotecas, ya que puedes tomar vino con un “aperitivo malgache”. Los aperitivos sinceramente tenían una pinta que no era nada apetecible, todos eran pura casquería.

Por la noche dimos cuenta de ambas botellas, bueno, en realidad solo pudimos pimplarnos una, la botella de vino blanco estaba deliciosa, pero la de tinto estaba para vomitar, tiramos 5€ a la basura, era intragable, puro vinagre. Otra bebida que se fabrica en Madagascar es el Ron, pruébalo también, ya que es mucho más aromático que el de otros países puesto que aquí las plantaciones de caña de azúcar se mezclan con plantas de vainilla, clavo y otras especias. Dicen que sus aceites esenciales se transfieren a través de las raíces, dando a las plantas de caña de azúcar un sabor especial.

El Papel de Antemoro

Continuamos con nuestra ruta siguiendo la RN7 rumbo sur, muy cerca de Ambalavao hicimos la siguiente parada antes de llegar a la Reserva de Anja. Queríamos conocer como se elabora un tipo de papel artesanal muy conocido del país, el papel de Antemoro así que visitamos una fábrica.

El papel de Antemoro, se obtiene de la corteza de un arbusto llamado Avoha, un arbusto similar a una morera silvestre que solo se da en esta zona de Madagascar. Su nombre “Antemoro” procede de un grupo étnico que descendía de comerciantes árabes. Ellos fueron los primeros que elaboraron este papel cociendo la corteza del arbusto junto con ceniza y agua. Después de cocerla, la trituraban extendiendo la pasta sobre hojas de banano y finalizaban el proceso secándola al sol.

Ahora la fabricación sigue siendo artesanal, pero tiene variaciones respecto del método original, ya que lo finalizan decorando con flores y hojas naturales, algo que antes no se hacía. Si quieres ver todo el proceso, lo tienes en el video que he preparado.

Al final del recorrido hay una tienda donde se puede ver y comprar los objetos realizados con papel de Antemoro. Eran caros, pero hay que tener en cuenta que es un trabajo que requiere su tiempo y piensa que es completamente artesanal.

La fábrica de papel abre toda la semana, solo cierran al medio día. Al lado de la fábrica hay un hotel, el Hôtel aux Bougainvillées, son coloridas casitas que tenían muy buena pinta. Así que si buscas un lugar donde alojarte en Ambalavao ésta puede ser una buena opción.

La visita a la fábrica de papel en Ambalavao es gratuita. Abre todos los días de la semana, solo cierran para comer, al medio día, de 11:30am a 13:00pm. 

La Reserva de Anja

Regresamos a la carretera, aunque esta vez llegamos a nuestro siguiente destino en un pis pas, puesto que la Reserva de Anja se encuentra a tan solo 10 km de Ambalavao.

Unas imponentes montañas graníticas llamadas “Las Tres Hermanas” nos indicaron que habíamos llegado a la Reserva de Anja. Hay muchas buenas razones por las que venir a conocer este lugar y te las explico a continuación:

Razones por las que visitar la Reserva de Anja

En un principio los habitantes de la Reserva de Anja vivían en el bosque, en las cuevas que hay en las formaciones rocosas, pero a partir de la etapa colonial todo cambió, comenzó a intensificarse la actividad agrícola-ganadera y sus habitantes decidieron establecerse fuera del bosque.

Ya te he contado en otras entradas del blog sobre Madagascar que la desforestación del país es brutal, una auténtica amenaza para su biodiversidad. Las prácticas agrícolas ganaderas a base de quema y tala han devorado sus bosques. Pero en un país que ocupa uno de los primeros puestos del ranking de pobreza en el mundo, sus habitantes lógicamente antes que pensar en la ecología, piensan en comer.

Sin embargo, aquí en Anja sucedió algo distinto cuando cuatro lugareños decidieron dar un giro a los acontecimientos y detener la deforestación, abriendo los ojos al resto de sus vecinos, poniendo en valor el bosque y persuadiendo a toda su comunidad con razonamientos bastante convincentes para que se implicaran en su protección.

La primera razón fue cultural, la Reserva de Anja en el pasado fue un lugar de enterramiento de sus reyes, por lo que era un lugar sagrado que había que preservar por motivos históricos y culturales.

La segunda razón era ambiental, la deforestación iba de la mano de una erosión brutal del suelo y llevaba aparejada la desaparición de los acuíferos, aquí el agua es un bien escaso. No solo empezaba a escasear el agua sino también los animales y hasta las plantas que las tribus de la zona utilizaban en sus rituales, tanto funerarios, como en las ceremonias de paso a la madurez.

La tercera fue económica, los lugareños veían como los turistas acudían a la Reserva de Anja para ver a los lémures de cola anillada y esto podía ser una buena fuente de ingresos. Así que se pusieron manos a la obra y apoyados por el gobierno, los habitantes se convirtieron en los administradores de este área, gestionándola, protegiéndola hasta que en el 2001 se inauguró oficialmente la Reserva de Anja.

Desde entonces muchos habitantes del pueblo trabajan en la reserva. Los beneficios que se obtienen gracias al turismo revierten en la propia comunidad. Han podido comprar mosquiteras para las casas, han realizado campañas de protección contra la malaria y hasta han subvencionado la creación de una escuela y una dotación médica, en fin, que la población ve que gracias a la labor de protección de la Reserva de Anja además de la creación de nuevos puestos de trabajo, supone una buena fuente de ingresos que revierte en su comunidad.

Rutas en la Reserva de Anja

En el cartel de la entrada a la Reserva de Anja hay un mapa con los recorridos y rutas que se pueden hacer, aquí tienes la info. Sea cual fuere la ruta que vayas a elegir será para ver al Lemur Catta, también llamado Maki o lémur de cola anillada y ya verás que es muy fácil verle.

En esta ocasión nuestro recorrido fue bien sencillo, no entrañó ninguna dificultad. Nosotros hicimos la ruta corta que se llama Small Circuit Loup, nos llevó unas 2 horas completarla.

Si quieres hacer el recorrido largo tardarás más o menos unas seis horas en realizarla, en función de lo rápido que camines. Aquí se puede hasta pernoctar, había unas casitas que sirven de alojamiento, pero lo que no te sé decir es si estaban abiertas, de echo cuando recorrimos la reserva estuvimos solos. Así que si quieres pasar la noche escríbeles antes para asegurarte.

Recorriendo la Reserva de Anja

Era casi mediodía cuando llegamos a la Reserva de Anja, no era la mejor hora para ver lémures de cola anillada porque en ese momento hacía bastante calor y no estaban demasiado activos. Casi todos se estaban echando una siesta en las ramas de los árboles, así que te recomiendo que intentes venir a primera hora de la mañana, porque además, según nos dijeron, a primera hora una de las cosas que más les gusta hacer a estos lémures es tomar el sol sobre las rocas.

El recorrido lo comenzamos en una zona de bosque bastante frondosa. La mayor parte de árboles eran «lilac tree» que producen unas bayas que les encantan a los lémures de cola anillada y como te puedes imaginar sus ramas estaban llenas de familias.

En la Reserva de Anja viven unos 400 lémures de cola anillada, éstos son los lémures más sociales, viven en grandes comunidades, son diurnos y son los lémures que pasan más tiempo en el suelo. Se hicieron famosos en el mundo por una de las pelis de la saga “Madagascar” la que se llama «Viva el rey Julien».

No solo hay lémures sino que en la Reserva de Anja es también muy fácil ver camaleones, nosotros vimos varios. Por supuesto en la reserva no faltan los depredadores de lémures de cola anillada, el 30% de las crías de lémur mueren por caer en las fauces de fosas, serpientes y águilas.

Dentro de la reserva hay un lago, aunque como era octubre, estábamos en temporada seca, no tenía ni una gota de agua. En uno de los lados vimos un agujero tremendo, parecía un cráter, el guía nos dijo que había sido excavado por los lémures de cola anillada para conseguir agua. Estos lémures, a diferencia del resto que obtienen el agua de las frutas y hojas que comen, necesitan beber, por lo que bajan hasta los ríos y estanques para conseguir agua que necesitan.

Continuamos caminando rodeados por imponentes montañas graníticas, en ellas hay cuevas que utilizan los lémures para pasar la noche. Pero también estas cuevas fueron usadas en el pasado por la tribu de los betsileo como lugar de enterramiento y para protegerse de los ataques de otra de las tribus de la zona, los bara, de los que te hablaré en el siguiente post.

Se puede subir hasta un mirador que hay sobre las rocas para tener una panorámica de 360º de toda la zona. Tras el recorrido fuimos a unos merenderos que hay en la entrada de la reserva para zamparnos unos bocatas. Nuestro siguiente destino sería Isalo, aquí puedes leer la siguiente etapa de nuestro viaje.

Si vienes a Madagascar no te pierdas la Reserva de Anja, es un ejemplo comunitario de ecoturismo y de protección de la naturaleza digno de copiar.

Feliz fin de semana 😊

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