Vagando Por Mundopolis

Shigatse Tíbet: entre montañas y monasterios

Shigatse es la segunda ciudad más grande de Tíbet y además es una de las que se encuentran a mayor altitud, 3.900 metros, casi nada.

La última vez que os contaba nuestro viaje por Tíbet nos quedamos en Gyantse. El trayecto de Gyantse a Shigatse es muy corto, son noventa y tantos kilómetros y tardamos unas dos horas en completarlo. La verdad es que se nos pasó volando porque la carretera transcurre por un bonito y pintoresco valle repleto de campos de cultivo. 

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Shigatse significa “tierra fértil” un nombre que le viene al pelo ya que esta zona está llena de cultivos. A medida que avanzábamos se sucedían uno tras otro campos de trigo, de cebada y colza. Como además era finales de septiembre, los agricultores estaban «on fire» recogiendo la cosecha. Hicimos varias paradas en los campos y también en un antiguo molino de harina.

La llegada a Shigatse fue un poco decepcionante, ya que en cada una de las esquinas de sus calles, se palpaba la influencia china. La constante migración de chinos a Tíbet hizo que se iniciara una carrera constructiva en la ciudad para dar alojamiento a la nueva población, por lo que nos encontrábamos ante una ciudad plagada de edificios estilo comunista a cada cual más feo.

A primera vista parecía que iba a ser poco probable que quedara en pie algún resquicio de la antigua Shigatse, de sus tradiciones ancestrales tibetanas. Pero aún las hay y uno de los lugares donde se puede encontrar es en uno de los mayores centros espirituales del Tíbet, el monasterio de Tashilhunpo.

En el pasado, Shigatse fue un centro de poder religioso. Desde el monasterio de Tashilhunpo gobernaban los poderosos Panchen Lamas, son los segundos de a bordo del Dalai Lama en el budismo amarillo. Si tienes curiosidad por saber más sobre ellos echa un ojo a este artículo de la Wikipedia

Pasamos casi toda la tarde en este monasterio. ¿Quedaría algo de sus antiguas tradiciones y espiritualidad?  ¿Qué otros lugares de interés se pueden ver en Shigatse?

Veamos que se puede ver y hacer en Shigatse una ciudad situada casi a las puertas del imponente monte Everest.

¡Comenzamos¡

El monasterio Tashilhunpo

Cuando nos acercábamos al monasterio de Tashilhunpo, sus tejados dorados brillaban bajo el sol. Los colores del budismo tibetano, el rojo y amarillo resaltaban sobre las paredes blancas del monasterio.

Entrábamos en uno de los pocos lugares de Shigatse en los que aún se conservaba el estilo arquitectónico tibetano tradicional, aunque durante la revolución cultural China este monasterio se llevó lo suyo, como sucedió en todos los rincones del país y aquí se destruyeron dos tercios del complejo monástico.

El ejército chino dañó gran parte de las construcciones que había dentro del monasterio Tashilhunpo y también se tomó una decisión que alteraría para siempre la vida espiritual de los monjes, ya que lo abrieron como atracción turística. No hablo de turismo occidental, que aquí apenas había, sino de las hordas de turistas de China continental que vienen a conocerlo para alucinar con las riquezas y tesoros que hay en su interior.

En 1447 se fundó este mega monasterio, tan grande, que te da la sensación de estar entrando en un pueblecito. Ocupa 70.000 metros cuadrados y está rodeado por una gran muralla, dando la espalda a una montaña. Hoy en día sigue siendo el monasterio más grande del Tíbet.

Cuando recorres sus callejuelas adoquinadas, no parece que estés en un monasterio sino que te da la sensación de haber hecho un viaje en el tiempo y de repente te ves inmerso en un mundo diferente.

Ahora en el monasterio Tashilhunpo viven unos 1.000 monjes, pero en el pasado aquí llegaron a vivir más de 4.000. Estudiaban en las cuatro universidades tántricas que se encuentran dentro del recinto.

Pero el monasterio Tashilhunpo fue importante por otro motivo, aquí se encontraba el hogar de los Panchen Lamas. Éstos son la segunda autoridad espiritual del budismo tibetano amarillo, después del Dalai Lama. A esta secta del budismo del gorro amarillo también se la llama Gelub.

Tips para visitar el monasterio de Tashilhunpo

El monasterio Tashilhunpo abre de 9:00 a 17:00. Intenta venir a primera hora de la mañana para ver las capillas abiertas, porque al medio día, a eso de las 12:00, los monjes las van cerrando para irse a comer y luego las vuelven a abrir a eso de las 14:00. Si vienes por la tarde les podrás ver en el salón de actos rezando y cantando.

La entrada cuesta 55 RMB (unos 7€). Está prohibido hacer fotos dentro de las capillas y edificios monásticos salvo que pagues el permiso para hacerlas. Cuesta como unos 75 RMB (unos 10€) por capilla y, hay un montón de capillas. Si además quieres hacer fotos dentro del salón de actos prepara 150 RMB (21€). Como no la pagué no puedo poneros fotos del interior de las capillas.

Los videos aún son más caros, una auténtica clavada, costaba entre 1.000 y 1.800 RMB (140-253€) en función de la capilla.

Recuerda que como en todo monasterio budista has de recorrerlo en el sentido de las agujas del reloj.

Más o menos tardarás unas tres horas en conocer todo el complejo. En el interior del monasterio hay multitud de capillas y habitaciones que guardan increíbles tesoros. Estas son las más relevantes:

La estatua del Buda Futuro

En uno de los edificios se encuentra la Capilla de Jamkhang Chenmo, en su interior se encuentra una de las esculturas más impresionantes que puedes ver en el Tíbet ya que tiene nada menos que 26,2 metros de altura. Es la mayor estatua del Buda Maitreya que hay en el mundo. La estatua del “Futuro Buda” que es como también se llama, está sentado sobre una flor de loto. Tardó cuatro años en construirse, pero lo mejor fueron los materiales que se emplearon: 300 kilos de oro y un montón de piedras semipreciosas incrustadas.

Esta estatua fue el primer lugar que fuimos a visitar y la verdad es que te quedas un poco impactado por las riquezas terrenales que hay en su interior, un poco chocante y contradictorio con la espartana filosofía budista.

Seguimos recorriendo el monasterio de Tashilhunpo. Pasamos un buen rato sin parar de entrar y salir de capillas decoradas con frescos budistas y repletas de estatuas hasta que llegamos a otra capilla muy especial, otro de los lugares del monasterio que no te puedes perder.

El Gudong

Una Pagoda de 11 metros de altura decorada también con otro montón de piedras semipreciosas y oro acoge las tumbas del décimo y cuarto Panchen Lama.

Los turistas chinos que la visitaban no daban crédito ante lo que estaban viendo y cuando su guía les explicaba que cuenta con 85kg de oro y una ingente variedad de piedras preciosas y semipreciosas exclamaban ¡¡ahhh¡¡, ¡¡¡oohhh¡¡¡ Nosotros también nos quedamos atónitos ante la riqueza que teníamos ante nuestros ojos, es increíble lo que hay dentro de la capilla del Gudong, para que luego digan del oro de las catedrales católicas.

Templo Kelsang

El templo de Kelsang es un buen lugar para sentarse un rato y ver el día a día del monasterio. Los monjes llegaban tarde a la oración y se descalzaban para entrar, lanzando al vuelo sus botitas rojas de lana que se acumulaban en la entrada del templo. Los peregrinos hacían el camino del Kora repitiendo mantras pero también, como en cualquier rincón del mundo, veíamos a jóvenes monjes enganchados a sus móviles sin parar de mirar sus pantallas.

Cuando uno se imagina como debe ser la vida en un monasterio del Tíbet, puede pensar que es una vida monástica espartana, en un monasterio de madera oculto entre las montañas de los Himalayas, anclado casi en la Edad Media, pero no es así. Hasta aquí también han llegado los móviles y era frecuente ver a los monjes espatarrados sacándose entre los sayos de sus túnicas el móvil y pasaban un buen rato colgados a él.

El templo de Kelsang realmente es un conjunto de edificios con las paredes decoradas con budas que rodean un patio central, aquí se realizan las celebraciones y actos festivos budistas del monasterio.

En el interior apenas había iluminación. Las tintineantes velas de mantequilla de yak alumbraban tenuemente la estancia, por lo que esa penumbra le daba un aire de misterio, eso sí, el potentísimo olor de las velas te despertaba rápidamente del ensimismamiento. Es un olor peculiar que tienen todos los monasterios tibetanos y echa para atrás. Del techo del templo Kelsang colgaban tangkas bordados que representaban las diversas reencarnaciones del Panchen Lama y en la sala principal se encontraba su trono.

En el salón de actos verás grandes bancos llenos de cojines donde los monjes pasan horas y horas recitando mantras. Había también varias imágenes de budas y por todos los rincones se amontonaban las escrituras budistas. Este es el lugar más antiguo del monasterio de Tashilhunpo, el salón de actos se construyó en el s. XV.

El Palacio del Panchen Lama

En este palacio blanco fue donde residieron los sucesivos Panchen Lamas, no se puede entrar, solo lo vimos desde fuera. Lo que si se puede visitar son unos salones que se encuentran frente al mismo.

El Kora en el monasterio de Tashilhunpo

Como cualquier lugar sagrado del Tíbet aquí también transcurre un recorrido sagrado que rodea todo el monasterio donde los peregrinos realizan el Kora. Ya os expliqué en este post sobre la calle Barkhor de Lhasa en qué consiste el kora. Merece la pena que recorras una parte del camino y lo compartas con los peregrinos devotos que lo realizan.

Dzong de Shigatse

En el centro de la ciudad se alza la versión mini del Potala de Lhasa, el Dzong de Shigatse. Se tuvo que reconstruir al completo entre los años 2005 y 2007, ya que durante la Revolución Cultural China de 1961 se destruyó por completo y no quedó ni una sola piedra en pie .

Ahora es un museo de tradiciones tibetanas, pero el Dzong de Shigatse se construyó en el s. XVII para servir de residencia a los gobernantes de turno. El dzong está encima de una colina es un mirador excepcional desde donde se puede divisar toda la ciudad de Shigatse.

Monasterio Shalu

A 22 kilómetros de la ciudad se encuentra otro de los lugares interesantes que ver en Shigatse, el Monasterio de Shalu.

El Monasterio de Shalu fue fundado en 1040 y sirvió de centro de estudios y de entrenamiento psicológico-esotérico. Al igual que sucede con el monasterio de Tashilhunpo aquí en su momento vivieron 3.800 monjes ahora viven unos 80. También te darás cuenta de que este monasterio es muy diferente al resto de monasterios que hay en Tíbet y es por una razón.

El monasterio quedó gravemente dañado tras un terremoto que asoló la zona durante el s. XIV. Cuando lo restauraron por aquel entonces gobernaba un emperador mongol y para su reparación se llevaron artesanos y obreros chinos, por eso su tejado tiene tejas vidriadas verdes con un inconfundible estilo chino.

El monasterio de Shalu es famoso por las pinturas que decoran sus paredes, son las más antiguas del país. En ellas se representan las normas para ser un buen monje tibetano o la elevación del alma humana para alcanzar el nirvana representado por un elefante.

El Monasterio de Shalu tiene tres plantas, pese a que está lleno de salas, a los turistas solo se nos permite ver dos de ellas.

Dónde alojarse en Shigatse

Nosotros nos alojamos en el Hotel Gesar. Está a unos 2 km del monasterio de Tashilhunpo un hotel de estilo tibetano con una decoración un poco chirriante que no tenía nada en especial, lo único bueno es que tenía wifi.

Dónde comer en Shigatse

Si vienes a Shigatse te recomiendo ir a cenar a Shigatse Wordo Kitchen. Es un local precioso y la comida no solo está bien rica, sino que además tenía a buen precio. Por la noche tenían espectáculos de música y bailes tradicionales, es un lugar recomendable.

Tras conocer Shigatse continuamos nuestro viaje. La mañana siguiente pusimos rumbo a Sakya, un monasterio fortificado que es completamente diferente al resto de monasterios que hay en el Tíbet, pero esa es, otra historia.

Feliz fin de semana 😊

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