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El Palacio de Riofrío, Segovia: Entre ciervos e historia

Continuamos con nuestras escapadas veraniegas para conocer un edificio rosa pastel, rodeado por un bosque de encinas habitado por ciervos y gamos, el Palacio de Riofrío en Segovia. Dicho así suena un poco a «mundo Barbie» pero no, nada que ver. Es una escapada perfecta para hacer con niños y para los que seáis amantes de los viajes con historia.

Veamos que se puede ver en el Palacio de Riofrío, que podemos hacer en sus alrededores, dónde comer y, sobre todo, como se puede llegar hasta aquí.

Razones para visitar el Palacio de Riofrío

– Una de las cosas que más me gustó del Palacio de Riofrío, es su decoración, de lo más variada, ya que cada habitación tiene un ambiente completamente diferente y te transporta a la atmósfera palaciega de los S. XVIII y XIX. Además, se ven objetos muy curiosos, como llamadores, montaplatos o alzapaños tamaño XXL de lo más originales. También, en cada sala veréis las magníficas lámparas que salieron de los talleres de la Real Fábrica de Cristales de la Granja.

– Esta visita tiene otro aliciente, el Bosque de Riofrío, que rodea al palacio. Se puede hacer una pequeña ruta de senderismo circular de 1,5 km, muy sencilla de recorrer, por lo que si vas con niños la podrán hacer sin problemas. Además, en función de la época en la que vayas, podrás ver a muchos de sus habitantes, ciervos y gamos.

– Hay algo que debéis tener en cuenta para nuestra economía viajera, apunta esto: la entrada al Palacio de Riofrío gratis todos los miércoles y domingos para ciudadanos de la UE, residentes y para los nacionales de países iberoamericanos. Eso sí, llevar vuestro DNI, permiso de residencia y trabajo o pasaporte porque para entrar gratis os lo pedirán en la puerta.

El horario y el precio del Palacio Real de Riofrío podéis consultarlo AQUÍ en su web.

¿Quien vivió en el Palacio de Riofrío?

El Palacio de Riofrío fue poco frecuentado por los reyes y nunca pasaron largas temporadas aquí. En la historia de este palacio hay que destacar la figura de dos consortes de reyes, Isabel de Farnesio y Francisco Asís de Borbón. El palacio casi nació como un lugar de destierro, pero para saber por qué se construyó, os cuento muy resumidamente que fue lo que pasó.

Isabel de Farnesio fue la segunda mujer del rey Felipe V. De ella se decía que era intrigante, manipuladora y que solo ansiaba el poder. Su marido, el rey, era un hombre depresivo y débil, parece que no se dedicaba demasiado a sus labores reales, por lo que era Isabel la que tomaba las decisiones. Llegó un momento en el que Felipe V no pudo más con su corona y abdicó en su hijo Luis I, uno de los hijos que tuvo con su primera mujer.

Luis I solo tenía 17 años cuando le proclamaron rey de España, por lo que Isabel de Farnesio seguía mangoneando como le daba la gana. Su reinado fue muy corto, ya que una viruela le mandó al otro barrio. Así que su padre tuvo que volver a subir al trono, eso sí, de mala gana (menos mal que a Felipe V se le apodaba el “animoso”). Tras la muerte de Felipe V, le sucedería otro de los hijos que tuvo en su primer matrimonio, Fernando VI.

Como os podéis imaginar Fernando VI y su mujer Barbara de Braganza no tenían mucho aprecio a su madrastra Isabel de Farnesio y les hacía muy poca gracia el poder que tenía ésta, por lo que solo querían quitársela de en medio. Primero le ordenaron que se trasladara del Palacio del Buen Retiro, que era donde vivía, a un palacio del Duque de Osuna. Poco duró allí, ya que Fernando VI harto de sus injerencias en cuestiones de estado, decidió mandarla lo más lejos de Madrid, literalmente a “invernalia”, a la Granja de San Ildefonso. Pero Isabel, quizás por continuar con sus tejemanejes sin que la controlaran, decidió que sería mejor construir otro palacio dónde alojarse, no muy lejos de la Granja y así nacería el Palacio de Riofrío.

En 1752 se inició la construcción del Palacio de Riofrío, un palacio con un diseño muy parecido al Palacio Real de Madrid y al palacio en el que Isabel de Farnesio había pasado su infancia, el Reggia di Colorno de Parma.

El diseño inicial del Palacio de Riofrío era megatónico ya que además del palacio, se planeó que allí hubiera: una iglesia, un teatro, un convento, caballerizas y muchas instalaciones más. Pero el destino de Isabel de Farnesio daría un giro total. Bárbara de Braganza murió en 1768 y su marido el rey Fernando VI cayó en una depresión muriendo al poco tiempo, sin descendencia.

El siguiente rey en la sucesión al trono de España sería Carlos III uno de los hijos que Isabel de Farnesio tuvo con Felipe V. Lógicamente las obras de su nuevo palacio pasaron a segundo plano y regresó corriendo a Madrid. Las obras del Palacio de Riofrío se pararían en 1767 y el edificio cayó en el olvido.

Una curiosidad, Felipe V e Isabel de Farnesio no fueron enterrados en el Escorial, sino que sus tumbas están en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.

Carlos III convirtió el Palacio de Riofrío en un pabellón de caza y la corte solo venía aquí a eso, a cazar. Pero como no se quedaban en el palacio, el edificio ni se tocó, ni se decoró.

Pasaron los años, cambiaron los reyes y tenemos que llegar hasta 1846 fecha en la que la reina Isabel II se casa con Francisco de Asís de Borbón. Un matrimonio de conveniencia en el que, mientras ella se pasaba por la piedra a todo bicho viviente, a él las crónicas y prensa de la época le dedicaban todo tipo de burlas y cuchufletas sobre sus cuernos y presunta homosexualidad.

Él pasó largas temporadas aquí en el Palacio de Riofrío y se dedicó a amueblarlo, decorarlo con tapices, cuadros, cortinas, alfombras y mandó cubrir con papel pintado todas las estancias. Puso las chimeneas que podéis ver en diferentes habitaciones, que aquí en invierno, hace mucha rasca.

Más tarde, fue el hijo de Isabel II, Alfonso XII el que pasaría aquí un tiempo tras la muerte de su mujer, pero a lo largo de la historia los reyes nunca vivieron de forma permanente en el Palacio de Riofrío.

Palacio de Riofrío Interior

Tras atravesar el patio principal se sube por unas escaleras de granito de mediados del XVIII decoradas con esculturas que son una alegoría al arte, las ciencias, la caza, pesca y la agricultura. Las escaleras te llevan hasta el primer piso y en la Sala de Guardia es dónde se inicia el recorrido.

En la primera sala os encontraréis pinturas del S. XVII de temática religiosa y en la segunda, pinturas del S. XIX con mobiliario de la época Alfonsina.

A continuación, veréis la sala del billar, tanto la mesa de billar como los muebles son del S. XIX. La sala de juegos da paso al salón de servicio al comedor, dónde se presentaba la comida. Estaba conectado con la cocina a través de montaplatos que fue fabricado por Munar y Guitar, la primera empresa española dedicada a hacer ascensores en España.

Esta sala da paso al comedor decorado con bodegones de caza. En la mesa veréis la vajilla y la cristalería de gala de Isabel II.

Fijaros, porque justo en la sala que va a continuación podréis ver el primer tranvía de llamadores, que indicaba al servicio del palacio desde que habitación les llamaban para requerir de sus servicios.

La siguiente habitación es la antecámara, presidida por un cuadro de Alfonso XII y decorada con cuadros de la familia real. Después de esta sala, está el despacho, presidido con un cuadro de Fernando VII y decorado con escritorios de caoba de la época isabelina.

Después pasamos a la habitación que utilizó el rey Francisco de Asís, decorada con tapices del S. XVIII y mobiliario del XIX. La habitación está forrada con papel pintado.

De ésta, se pasa a la habitación que usó el rey Alfonso XII y en la siguiente, nos encontramos con una sala repleta de cuadros dónde se encontraba el oratorio.

De nuevo nos encontramos con otro panel de llamadores. En cada orificio hay una chapa dorada en el que está grabado el nombre de la habitación.

Palacio de Riofrío Museo de Caza

Durante toda su historia, el Palacio de Riofrío siempre estuvo ligado a la actividad cinegética de los reyes. Así que una vez que termina el recorrido por las habitaciones del palacio, la visita continúa en el Museo de Caza.

Las primeras salas, muestran desde la prehistoria, la trayectoria cazadora de los humanos. Hay réplicas de dibujos de las cuevas de Altamira, mosaicos romanos, una colección de armas que utilizaron los reyes en sus cacerías, así como tapices y cuadros de Rubens y Velázquez con temática cinegética. Después se recorren varias salas con dioramas en los que se recrea el hábitat de la fauna española.

Ciervos Bosque Riofrío

Entre finales de septiembre y principios de octubre es la berrea. Este es un buen momento para venir al Palacio y Bosque de Riofrío, ya que aún no ha empezado el frío pelón que normalmente azota Segovia y es cuándo ciervos y gamos entran en celo, perdiendo su timidez, así que es fácil verles en los alrededores del palacio de Riofrío.

Nosotros lo visitamos la semana pasada, en pleno verano y aunque esta época no es la mejor para ver animales, ya que con los calores no les gusta estar muy activos, tuvimos suerte y como aquí hay muchos ciervos pudimos ver uno.

Las 640 hectáreas que forman el bosque de Riofrío es un entorno protegido para los ciervos y gamos, así que no es posible salirse del sendero. Es un entorno bucólico para los animales, que al gozar de protección y campar a sus anchas, se reprodujeron a lo bestia, tanto, que en 2014 había tal superpoblación que se tuvo que reducir su número, ya que estuvieron a punto de terminar con la vegetación de la zona.

Cuando terminéis la visita al palacio, dar una vuelta por el Bosque de Riofrío. La ruta circular se inicia en el mirador que hay en la zona norte del palacio. Si queréis hacer un picnic se puede hacer, ya que hay una zona recreativa con mesas y asientos. Aquí encontraréis carteles explicativos de la flora y fauna que os vais a encontrar en esta zona.

Palacio de Riofrío Restaurante

En el Palacio de Riofrío no hay restaurante. Pero tenéis una buena alternativa si no queréis ir a comer hasta Segovia o a la Granja. En la carretera nacional de Madrid-Segovia (el km 80 de la N 603) está la Casa de la Venta Vieja. Allí podréis zamparos un asado segoviano y poneros morados con todo tipo de tapas y especialidades de Segovia y Castilla y León. Toda la info la podéis ver en su web.

Como llegar al Palacio de Riofrío desde Madrid

Mi recomendación es que vengáis en coche al Palacio de Riofrío. Aunque el transporte público llega hasta aquí, tardaréis un montón de tiempo en llegar, porque es complicado. Además, lo bueno de ir en coche es que os dará tiempo además de visitar el Palacio de Riofrío a conocer más sitos de los alrededores de Segovia, rincones y pueblos con mucho encanto.

Como llegar al Palacio de Riofrío en coche

Si vais desde Madrid, tenéis que coger la A-VI dirección A Coruña. Antes de atravesar las montañas tenéis dos opciones una rápida, pero de pago, cogiendo la AP-6 (la autopista) en este caso deberéis salir en Otero de Herreros y después coger la N-603. Aquí os tenéis que desviar cuando veáis el cartel de La Losa-Navas de Riofrío.

Hay otra opción más lenta pero gratuita que es siguiendo la A-6 y cuando lleguéis al pueblo de San Rafael os desviáis cuando veáis el cartel de la N-603 dirección a Segovia. Continuáis por esta carretera hasta que veáis el desvío a La Losa-Navas de Riofrío.

Si lo que queréis es ir al Palacio de Riofrío desde la Granja de San Ildefonso tenéis que coger la carretera SGE 7133. Y si queréis ir desde Segovia tenéis dos opciones por autopista de pago, la AP-61 o la carretera normal la N-603 en ambos casos tenéis que salir cuando veáis el desvío de La Losa-Navas de Riofrío.

En tren al Palacio de Riofrío

Podéis llegar al Palacio de Riofrío desde Madrid en tren de alta velocidad (AVE). Sale de la estación de Chamartín. Una vez lleguéis a la estación de AVE de Segovia, que está en medio de un páramo a las afueras de la ciudad, tendréis que coger un taxi y os va a costar la torta un pan.

La opción lenta, es coger la Línea Regional de tren en Segovia o en Madrid. Si la cogéis en Madrid va a ser un viaje como en tiempos decimonónicos, largo y lento, ya que el tren no va directo desde Madrid. Podéis coger el tren de media distancia en las estaciones de Atocha o Chamartín. Primero tenéis que ir hasta Cercedilla y luego allí cambiar al tren que va a Segovia. Os tenéis que bajar en la estación de Navas de Riofrío y luego dar un paseo de 1 km hasta el Palacio de Riofrío.

Si queréis llegar en tren desde Segovia, id a la estación de Renfe (esta si está en la ciudad) y cogéis el tren que va a Cercedilla. Os tenéis que bajar en Navas de Riofrío-La Losa. Podéis consultar la tarifa y horarios en la web de RENFE.

Que hacer en los alrededores del Palacio de Riofrío

Si aún tenéis tiempo y os apetece conocer otros lugares de los alrededores del Palacio de Riofrío podéis ir a la Granja de San Ildefonso, que está a tan solo 11 km o bien conocer algunos rincones de Segovia, a tan solo 9km de aquí. Si queréis conocer uno de los barrios con las mejores vistas de Segovia pasaros por este otro post en el que os cuento el recorrido.

Feliz fin de semana😊

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