Vagando Por Mundopolis

Excursión a las Gargantas del Todra

Las gargantas del Todra es uno de los parajes naturales más impresionantes que podéis visitar en Marruecos.

Una gran falla se abre paso durante 15 kilómetros a través de las montañas del Alto Atlas, creando un corredor flanqueado por paredones de más de 100 metros. Aunque este uno de los lugares más turísticos de Marruecos, si elegís bien la hora para visitarlo podréis evitar las multitudes y disfrutarlo casi en soledad.

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Después de visitar las Gargantas del Dades y hacer parte de la Ruta de las Kasbahs de las que ya os hablé en otro post, fuimos a dormir a Tinghir. Tinghir se encuentra muy cerca de las Gargantas del Todra y es un lugar que os puede servir de base para explorar esta zona.

Hasta bien entrada la tarde del día siguiente no llegaríamos hasta las gargantas, puesto que teníamos otros planes, ir a buscar fósiles.

Pasamos el día en los alrededores de Alnif, haciendo excursiones buscando trilobites, hasta que llegó la tarde. No teníamos ningún hotel dónde pasar la noche y aún teníamos pendiente conocer las Gargantas del Todra.

Buscando alojamiento en internet vimos que en medio de las gargantas había un hotel, el Auberge Le Festival Todra Gorge. Como era bastante tarde decidimos dormir allí y visitar las gargantas tranquilamente durante mañana siguiente. Así que pusimos sus coordenadas en el gps y nos pusimos en marcha.

Llegamos de nuevo a Tinghir, desde aquí hay que desviarse por la RN12. Esta carretera discurre en paralelo a un palmeral de lo más escénico.

Entre la exuberante vegetación se asomaban pequeños pueblecitos, flanqueados por las montañas yermas del alto Atlas. Era tan bonito el paisaje que de nuevo nos esperaba un trayecto con un montón de paradas. Volvíamos a las andadas ya que se iba a convertir en otro capítulo de paseando a Miss Daisy.

El río Todra atraviesa toda esta zona, dando vida a cientos de palmeras, huertas, árboles frutales y los pequeños pueblos de adobe, que convierten al valle del Todra en uno de los oasis más bonitos que podéis ver en Marruecos.

Desde la carretera que va hacia las Gargantas del Todra hay varios miradores dónde podéis parar para contemplar el paisaje. El primero está frente a el pueblo de Imziln a muy pocos kilómetros de Tinghir. Si contáis con tiempo, merece la pena parar y hacer una ruta de senderismo desde aquí hasta Ait Boujane recorriendo parte de este inmenso palmeral entre los pintorescos pueblos de adobe.

Hicimos tantas paradas para contemplar el paisaje que se nos estaba haciendo de noche, así que regresamos a la carretera. Tras pocos kilómetros las paredes de las montañas se iban cerrando más, estábamos entrando en las Gargantas del Todra.

El camino era de lo más espectacular, tuve la misma sensación que cuando atravesé el desfiladero del Siq que conduce a la puerta del tesoro en Petra. Como era bastante tarde y había poca luz apenas había gente así que decidimos de nuevo parar.

Nos encontrábamos en medio de las gargantas rodeados por paredes de 400 metros de altura, dimos una pequeña vuelta. El lugar es impresionante, pero como apenas había luz decidimos continuar y regresar al día siguiente, aún nos quedaban 5 kilómetros para llegar al hotel.

El Auberge Le Festival Todra Gorge es un hotel increíble. No es barato pero su enclave es excepcional. Se encuentra encaramado en la pared de la garganta. Allí no llega la señal de teléfono, pero al menos si tienen wifi. Al estar ubicado en un lugar dónde no hay ninguna contaminación lumínica así que las noches se convierten en un festival de estrellas. El hotel tiene una pequeña piscina, perfecta para refrescarse en los tórridos días de verano después de un viaje.

Las Gargantas del Todra

Nada más levantarme abrí las puertas de mi balcón. Las vistas eran inmejorables, rodeados por las montañas, el sol de la mañana se filtraba entre las Gargantas del Todra. Desayunamos cogimos el coche y nos fuimos hasta a una zona de aparcamiento dónde podíamos dejar el coche para hacer el último tramo andando.

Los últimos 600 metros de la Garganta son los más espectaculares, ya que es dónde las paredes de las gargantas se estrechan más. Se alzan como muros imponentes haciendo que los pequeños humanos nos sintamos como liliputienses. En esa zona las paredes alcanzan unos 160 metros de altura.

Si queréis recorrer andando todo el cañón del Todra son unos 14 kilómetros y os llevará unas tres o cuatro horas hacerlo, en función de lo rápido que andéis.

También hay varias rutas de senderismo una de ellas es la Todra Loop.  Un recorrido de unas tres horas. El sendero comienza en el extremo norte de las gargantas y te llevará hasta Tizgui, un pueblo bereber ubicado en la entrada sur.

Otra forma de recorrer las gargantas del Todra es en bici y para los que seáis amantes de la escalada, este es un lugar perfecto. Podréis trepar por sus paredones de caliza roja cual spiderman. Aquí tenéis un montón de rutas de escalada para todos los niveles, podéis consultar algunas de ellas Aquí.

El mejor momento para recorrer las Gargantas del Todra es a primera hora de la mañana, antes de que lleguen minibuses y autobuses llenos de turistas.

Cuando llegamos apenas había gente, solo algunos pastores bereberes que llevaban a sus rebaños de cabras a abrevar al río.

Iniciamos el recorrido a pie, unos vendedores comenzaban a colgar sus alfombras en las paredes del cañón a la espera de los turistas que luego llenarían el cañon, a parte de ellos en ese momento apenas había gente.

La luz de la mañana daba aún más magia al lugar. Desde luego las gargantas del Todra es uno de los parajes naturales más bonitos que podréis ver en Marruecos.

Pasear entre ellas resulta impresionante, el sol se filtraba entre las paredes resaltando con un juego de luces y sombras los colores ocres y rojizos de la piedra. El río Todra discurre por uno de los lados de la Garganta aunque como era octubre apenas llevaba agua, pero tener en cuenta que hay momentos del año en los que puede aumentar considerablemente su cauce.

Estuvimos paseando un buen rato disfrutando del paisaje, pero al poco rato empezó a llenarse de turistas. La verdad es que con el barullo que se montó, se rompió todo el encanto de disfrutar del recorrido en silencio.

Así que regresamos al coche, nuestro siguiente destino serían las arenas del desierto de Mezourga y las dunas de Erg Chebbi pero eso es ya otra historia.

Feliz fin de semana 😊

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